Acto 19

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Los rayos del sol golpearon directos al rostro de Félix mientras una dulce voz lo acompañaba al despertarse.

Félix soltó una carcajada ante el torpe beso del contrario, causando en este un notorio sonrojo. -Despiértame así más a menudo-. Rio el peli-rosado, dirigiéndose a los demás, pues él fue el último en levantarse. -¿Sueño pesado?-. Dijo Osmar al verlo acercarse. -Y tanto... Dormí como un bebé. Riley se acercó con las reservas de comida que quedaban. -Pues tu media naranja no corrió la misma suerte que vos-. Comentó mientras repartía equitativamente las últimas reservas que quedaban. Félix volteó hacia su pareja, quien no tardaba en arrimarse a los demás. -Awww ¿Te da miedo el bosque?-. Comentó con una voz chillona a la vez que lo tomaba de los mofletes y los movía de arriba a abajo. El albino sólo se dispuso a gruñir. Los otros tres se rieron a la vez. El cuarteto caminó en dirección a la fogata ya apagada de anoche, y en el trayecto, Osmar preguntó. -¿Cuál es el plan de hoy?-. Los cuatro se acomodaron igual que la noche pasada. -Encontrar la puerta para la llave-. Suspiró Félix, sacando la llave de sus bolsillos en el acto.

El cuarteto pasó un buen rato desayunando, intercambiando conversaciones y opiniones de ellas. Finalmente acabaron la comida y empacaron todo para seguir adelante.

 Finalmente acabaron la comida y empacaron todo para seguir adelante

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-No se vayan a separar. A partir de ahora iremos todos juntos-. Recalcó Félix con cierta seriedad. -Tranquilo Félix, no creo que el enano se quiera volver a separar de ti-. Dijo Osmar, dándole un golpe en el hombro al contrario. El grupo caminaba sin un rumbo muy fijo en busca de cualquier cosa que les pudiera dar una pista de algo, hasta que al cruzar un pequeño rio se toparon con el gran escenario que se veía de tan lejos. -Eso debe de tener algo-. Comentó Riley alzando una ceja en el proceso. Los cuatro asintieron a la vez y comenzaron a acercarse lentamente. En cambio, Fede volteaba de nuevo a ver lo que sea que le llamaba la atención. -¡Fede! ¡No te separes!-. Chilló Félix, tomándolo del brazo para llevarlo con el grupo. Este no se opuso, pero seguía con la mirada en otro lado. -¿No sienten el aire pesado?-. Preguntó Félix en modo alerta. Los demás asintieron. -Este lugar debe de estar lleno de almas perdidas-. Respondió la peli-roja. Todos se miraron entre sí mientras continuaban la búsqueda. -Voy a subirme al escenario-. Comentó Félix. -Ten cuidado-. Dijo Osmar no muy convencido de las acciones de su amigo.

Cuando logró llegar a la cima, el peli-rosado analizó las cortinas polvorientas del escenario. Estas estaban abiertas, como si hubiera un show aplicándose en el momento. Detrás de estas se hallaban dos puertas de metal a los laterales. La del lado derecho estaba tan oxidada que Félix fue incapaz de siquiera hacer que rechinara. -"Puta mierda..."-. Pensó. El chico no se dio por vencido y fue en dirección hacia la otra, en donde pudo ver a lo lejos que tenía un candado puesto con una cerradura. -"Bingo..."-. Volvió a pensar. Pero mientras se arrimaba a esta, miró en dirección a sus amigos, donde Riley buscaba por el suelo del lugar y Osmar miraba debajo del escenario.

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