Entre Marzo Y Agosto✨ [TERMINADA]

T R E S✨😸

Klainy.

La administradora del piso para señoritas revisa con tranquilidad un par de papeles, sus anteojos han caído hasta la mitad de su nariz y sus manos están distraída marcando un par de números en su calculadora de oficina. Al ver que aún sigo ahí, sonríe con labios cerrados.

-Según sé, ya no puedes entrar, linda -afirma con ojos simpáticos-, yo que tú, no volvería hasta que la marea baje.

Maldita sea.

-Pero... sabes que no puedo hacer eso, está es mi casa, me costó conseguir mi departamento -señalo al tan punto en que he tenido que cubrirme la cara con el dorso de la mano para evitar quebrarme-, ¿podría enviar una carta de disculpas a cada chica?

La señora que apenas conozco deja escapar un suspiro y niega con lentitud.

-Me caes bien, muchacha -dice casi mostrando una sonrisa completa-, y si dependiera de mí, créeme, lo dejaría pasar porque estoy enterada de lo buena que eres, sin embargo, la orden viene de la dueña y... sabes como es de conservadora.

Si, ojalá y le dé un infarto. Imagino que quiso salir de mí antes de que me mudara por completo.

-De todos modos: gracias -digo al dejar un toque con mis nudillos en su escritorio-, me voy, tenga buen día -aviso, pero antes de poder girarme hacia la salida, ella toma mi mano y la apreta con suavidad.

-No te aflijas, tienes suficiente con lo que está pasando en tu vida -dice al regalarme una sonrisa-, voy a ver si puedo abogar por ti, tal vez me tarde, pero confía en mí que algo logro.

-No se preocupe, puedo buscar otro lugar.

-Ya te dije -afirma-, voy a abogar por ti.

-Gracias...

-Tú sólo espera que yo te aviso cualquier cosa.

Decido irme sin darle más largas, pues estoy segura de que si me quedo, me voy a ganar un regaño y es lo único que me falta. Subo al ascensor y este tarda unos segundos entre lo que pongo el número del primer piso y me observo las imperfecciones de la cara en las paredes limpias.

«Ponte antibacterial, no vaya a ser que te enfermes por tocar los botones».

Tomo con cuidado el envase con líquido pegajoso y lo vierto en mis palmas.

El ascensor vuelve a sacudirse a la par que abre sus puertas. Bajo y me alivio de que no haya nadie en recepción más que el guardia que es inmune a conversaciones incómodas. El sol está sofocante tanto que me hace dudar en mi decisión de ponerme una camisa de tirantes y shorts.

Mi celular vibra en mi bolsillo así que lo saco y contesto.

-¿Aló? -digo al teléfono mientras me rasco la nariz. Nadie responde -, Ajá, buenas tardes -insisto al acomodarme los lentes, pero sólo se escucha una respiración.

Ruedo los ojos y corto la llamada.

«A lo mejor es un secuestrador».

Sí es posible... o tal vez es Klaus tratando de darme un susto para que olvide lo de la muchacha.

El teléfono repica y vuelvo a contestar.

-Aló -digo de nuevo y de alguna manera, espero que nadie responda.

-Hola... Klainy.

-No sé quien eres -le respondo mientras me acomodo los lentes-, pero me harta que me andes molestando, tengo mucho encima como para andar soportando estupideces, vuelves a llamar y juro que te encuentro y vas a arrepentirte por hacerme perder el maldito tiempo.