Entre Marzo Y Agosto✨ [TERMINADA]

D O C E✨🥀

Klainy^^.

La taza en mis manos está caliente, no quiero beberla, sólo embriagarme con su vapor y relajar la tensión que hay en mi rostro.

Apenas tengo fuerza para sostenerla, mis manos tiemblan y el dolor en mi entrecejo se expande hasta mis sienes.

Al menos me siento mejor que los días pasados, ahora puedo levantarme, hace unas horas no podía con el dolor en mis huesos.

Hace mucho que no estaba enferma, creo que desde que vivía con mis padres y ya van a cumplir cuatro años desde que eso sucedió.

Mis piernas lucen como dos varas pálidas, lo único que da un indicio de que están medio vivas, son el rosado en la punta de mis dedos que destaca por el azul que puse en ellos hace menos de dos semanas.

Apenas estoy vestida, la fiebre a hecho desgracias en mí. Si mi madre me estuviera cuidado, no sería tan incómodo, pero es Heyde. La cual quedó a mi cuidado por órdenes de Dylan, el cual tenía que ir a hacer guardias.

Según sus palabras me dio dengue, si que suerte la mía. Así que tengo que guardar reposo, entre otras cosas que he dejado en manos de Heyde.

Mi celular reproduce el último vídeo que subió a su perfil, tanto de Instagram como de TikTok, en el tiene un disfraz de un personaje sacado de... sé que lo he visto antes, pero no recuerdo dónde.

Está en una habitación casi a oscuras, baila esa canción pegadiza del fondo. Tiene una sonrisa en el rostro como diciendo «Estoy buena, lo sé», y vaya que lo está, no lo digo sólo yo, sino que mil personas me respaldan.

O bueno eso leí en los comentarios, por cierto me sentí una acosadora.

En la mayoría le dan halagos sobre su maquillaje o lo bueno que es su ¿cosplay? creo que eso es «disfrazarse», pero en inglés, creo que tuve una conversación con ella, sobre eso, pero casi no la recuerdo. En otros dicen sin respeto que harían de todo para casarse con ella y fuera de todo contraste, esas personas que le dan ideas o piden directamente que se disfrace de sus personajes favoritos de orígen japonés.

No seguí leyendo porque me puse celosa de los que le pedían matrimonio.

Son las nueve de la mañana y no ha llegado, me llamó avisando que llegaría un poco tarde, pero que dejó con Elowisa un poco de té y pan que hizo con amor.

¿Qué estará haciendo? ¿Y si me está engañando?...

«No son novias, ese término no existe».

Ella me besó por tercera y cuarta vez, eso se habría interpretado casi como si me pidiera matrimonio.

«¿Pero lo hizo textualmente? Ah, ¿si ves?, no no lo hizo».

Es mi novia, digas lo que digas.

«Me sorprende tu cambio de pensar, dijiste que no querías nada complicado».

Así fue hasta que me hice consciente de una cosa, sólo de una: ver a esa mujer con otra persona me vuelve loca y de paso, es mía y los años que pasé sufriendo por su culpa me los debe devolver, con creces.

Mi celular suena en aviso de alguna notificación, leo una por una y al ver el usuario de Heyde, doy click sin pensarlo dos veces.

Dos historias de Instagram.

Espero por lo que parece una eternidad hasta que la primera carga, su canción favorita resuena. Es el cielo a través de una ventana de alguna cafetería, apenas la reluciente alba con tonos morados y dorados acompañados por la tenue luz de un faro que aún no ha sido apagado.