C I N C O✨🙉

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Klainy.

Al llegar al departamento me dejo caer en el sofá, recuesto la cabeza sobre el respaldar del mueble y con las manos temblorosas me froto las sienes a las espera de que el dolor desaparezca.

—¿Te pasa algo? —indaga Dylan a mi lado—, te veo como pálida, Klai.

—Estoy bien —murmuro con la mirada perdida—, debería ponerte un collar con campanas —digo al señalar que ni me he dado cuenta de su existencia.

Dylan me obliga a a quitarme las manos de la cara y empieza a examinarme.

—Te conozco, ¿qué te sucede?

—Nada —zanjo al quitarle las manos con delicadeza—, sólo tengo un dolor de cabeza medio extraño —admito sin mucho detalle porque no quiero hablar con él.

Dylan deja escapar un suspiro y sus cejas se relajan.

—¿Podrías dejar de tratarme como a un desconocido? soy tu hermano, no tienes que ser formal.

Ay si, el perfecto Dylan quiere bajar de su altar, deja que te prendo una velita para la salud y el dinero.

—No tengo ganas de hablar sobre eso.

—¿No? ¿y cuando vas a tener ganas? porque me harta vivir con dos personas que me tratan como a un vagabundo —dice al sacar de su bolsillo una pastilla y extenderla en mi dirección.

Recibo la pastillas sin poner resistencia. Dylan siempre ha sido... odioso, razón por la que Klaus y yo nos alejamos de él, también porque siempre quería estar mandando en nuestras decisiones, pero ese es otro tema.

Dylan me da mi botella de agua para que pase la pastilla sin problemas.

—Tendré ganas cuando dejes de creer que eres perfecto —espeto sin vacilar—, ¿Crees que es fácil vivir con alguien que deja todo desordenado y sucio? no no lo es, encima de todo, nadie puede abrir la boca porque ya tú tienes una réplica.

Dylan espera hasta que he bebido la pastilla para replicar.

—¿Y que hay de ti? ¿estás consciente de tu problema con el orden? no lo creo —dice al acomodar sus gafas en un gesto inconsciente—, Klainy, no somos perfectos, no puedes dejarme de lado sólo porque no soportas que sea desordenado.

—Eso no es todo, no soporto que siempre te estés creyendo mejor que los demás, mirándonos desde arriba de tu hombro como si fuéramos escorias.

Klaus se masajea así mismo los hombros.

—Bueno, me disculpo entonces —comenta como si nada y me deja perpleja—, ahora tienes que aceptar las disculpas y contarme porque estás así.

Sonrío con los labios cerrados y pego las rodillas en mi pecho.

—¿Seguro que quieres escuchar? es... algo aburrido —digo dubitativa y él asiente al cruzarse de brazos—, bueno, ¿sabes el vídeo? me ha dejado por el suelo en pocos días, como sabrás ya no puedo mudarme al piso de señoritas y... la idea de que es mi culpa no me deja dormir, luego veo a Klaus como si nada y pienso que tal vez este siendo muy exagerada. No lo sé, es muy difícil.

—Es que... en cierto modo, la única que quedó por el piso fuiste tú —murmura—, él no está afectado.

La puerta es abierta de golpe, el tercero de nosotros queda perplejo al vernos tan cercanos.

—¿Qué está pasando en mi propia casa, Paulo Lorenzo? —pregunta con dramatismo y una sonrisa—, ya lo sabía, están planeando algo en mi contra, ¿si saben que si me matan se van a secar hasta morirse conmigo?

Entre Marzo Y Agosto✨ [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora