D I E C I N U E V E (Final)

24 4 0
                                    

Klainy.

Es la hora de presumir, tengo un anillo, estoy casada con la mujer de mis sueños y en la fiesta de mis más locos deseos.

Me siento como una niña mimada.

Heyde se ve sexy con su traje y hasta en cierto punto la mente se me llena de pensamientos obscenos y candentes. Así que me retengo a mí misma.

La pista de baile es al aire libre con una carpa traslúcida sobre nosotros para poder divisar a las esferas de aire caliente que están a más de mil kilómetros lejos de nosotros. Todos bailan, a excepción de uno que otro adolecente que revisa su celular con la mejilla recostada en la mesa. Por lo que Heyde me obliga a levantar y de la mano me guía hacia el centro de todo, sus pasos son sincronizadas y con la mirada me invita a seguirla.

Al principio niego un par de veces, pero me pone ojitos de perrito y con un suspiro me dejo llevar por sus manos. En algún momento me llego a sentir como el muñeco inflable de alguna cauchera, lo que a Heyde no parece importarle.

En otra ocasión le habría dejado bailar sola —estoy al tanto de lo mucho que le gusta y en como es experta—, pero al ser un día como hoy me permito ser mí misma y no darle importancia a lo que las demás personas piensan.

La canción se termina y una balada da pie para que juntemos nuestros cuerpos. Sus brazos rodean mi cintura y los míos van a su cuello donde me dispongo a jugar con su cabello. Su sonrisa choca en mi cuello y mis pies se dejan llevar por la melodía.

Es uno de los momentos más felices en mi vida, me gustaría tener el poder para congelarlo y volver cada que se me plazca.

Cierro los ojos cuando siento que la memoria muscular hace lo suyo y ya no tengo que prestar atención a lo que hago, el aroma de Heyde pasa a mis fosas nasales y me llena de tranquilidad. El calor que trasmite su cuerpo me obliga a apretarme a ella.

Es como una especie de alucinación, el miedo de ser una adolescente con los ojos cerrados y recostada en su cama, me inunda.

Heyde me saca de la divagación cuando la canción cambia y empieza a tararear la letra en mi oído.

«Mientras siga viendo tu cara en la cara de la luna, mientras siga escuchando tu voz, entre las olas, entre la espuma, mientras tenga que cambiar la radio de estación porque cada canción me hable de ti...».

En definitiva me saqué el premio mayor, no cualquiera te dedica tu canción favorita el día que se casan. Nuestro baile se ve interrumpido por la hora de corta la dichosa torta.

En la cual se arma tremendo despelote, todo porque Elowisa llegó a pensar que era buena idea lanzarme su pedazo de torta en la cara. Spoiler, no lo fue, porque de inmediato Heyde la baño de crema chantilly, provocando que Dylan tomara venganza.

La fiesta normalmente se acaba luego de repartir la torta, pero en esta ocasión tan especial en que la familia ha tenido que viajar a otro país —a excepción de los que ya vivían aquí—, disfrutan como nunca, algunos recordando viejos tiempos, otros bebiendo hasta olvidar sus nombres y luego estamos nosotras que deseamos irnos para empezar nuestra luna de miel.

Pan al pan y al vino, ya me casé y puedo tener sexo tanto como desee.

«Hablas como una adicta, ve al médico a revisarte».

Oh, creeme, te extrañaba. No, no te extrañaba vete a hacer cosas de conciencias.

Al acercarme al buffet para comer algo de pan, Klaus llega a mi lado con una cajita con lazo dorado en las manos.

El cambio que ha dado mi hermanito en un año es como el de un vagabundo que en una semana pasa a ser rey. La terapia le sentó bien y ahora cuida de sí mismo, dejó de depender de mí emocionalmente y su vida empezó a florecer. Hace meses se graduó como diseñador y ahora ejerce en un buen puesto en esa famosísima empresa de telenovelas.

Entre Marzo Y Agosto✨ [TERMINADA]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin