Capítulo 13

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Esa niña de ojos claros era mi madre. ¿Cómo no me he podido dar cuenta antes? Y eso quiere decir algo que lo único que hace es ponerme nerviosa y erizar mi vello. Todo es demasiado extraño y algunas respuestas que obtengo, como con la que me acabo de topar, me llevan a otras cuestiones. ¿Qué pinta ella en mi sueño?

En cuanto me doy cuenta, Patty está delante de mí, escrutando los vasos rotos, el bol de cereales volcado y todo lo que estaba antes sobre la bandeja por el suelo. Y, cuando levanta la cabeza con una sonrisa en su rostro para decirme algo de ello, se pone seria y mira detrás de mí. Es entonces cuando escucho las palabras de mi madre cerca, preguntando:

—¿Qué ha pasado?

Rápidamente observa lo que hay unos centímetros más adelante y ahoga una exclamación. Estamos igual, aunque no por lo mismo. La he liado totalmente con esto por ser torpe y no fijarme en las cosas antes.

—Lo siento, mamá. Es que... —comienzo.

Para mi sorpresa, esta vez la morena de pelo corto no me interrumpe de malas maneras y para ponerme las cosas más difíciles, sino todo lo contrario; me está salvando el pellejo.

—Discúlpeme, señora Lane. Ha sido mi culpa.

Miro a Patty, sin entender nada. ¿Qué se supone que está haciendo? Y su mirada se cruza con la mía durante un simple segundo, indicándome que me calle y no diga nada.

—Selene estaba tardando mucho y he salido para ir a buscarla por si necesitaba ayuda con algo. Y, bueno, al salir tan deprisa, nos hemos chocado —termina.

Me giro para mirar a la cara a mi madre. No sé cuál de las dos está más anonadada, si ella o yo. Patricia Valentine me está ayudando y, aunque mi madre se haga la loca, no puede ocultar que se está dando cuenta de ello. Para mi desgracia, Patty no se percata y cree que confía en su palabra, aunque tampoco pienso quitarle las esperanzas.

Así que sonríe y hace un gesto con la mano, como si le restara importancia. A esto añade un "No os preocupéis. Seguro que ha sido un accidente" y comienzo a recogerlo. Rápidamente se unen ambas y en un par de minutos en silencio está todo de nuevo sobre la bandeja y de camino a la cocina para dejarlo y volver a coger otra cosa.

La mujer se dirige al salón y retoma su antigua postura en el sofá para ver el programa. En cambio, la chica y yo nos quedamos al otro lado de la isleta y repitiendo lo que hice yo para depositar todo otra vez sobre la plancha metálica. La calma no nos abandona, y las dudas y especulaciones vuelven a apoderarse de mi mente. ¿Por qué he soñado con mi madre cuando era niña y la Academia Willow, todavía estando abierta y llena de gente? ¿Quiénes eran los otros cuatro que salían en él? ¿Por qué parecía tan sumamente real?

Pero pronto se desvanece todo, cuando Patty chasquea los dedos para captar mi atención. Al levantar la cabeza para mirarla, rueda los ojos, como si estuviera desesperada. Y se apresura a preguntar en un susurro:

—¿Qué se supone que te pasa? Estás... rara.

Alzo una ceja. Parece increíble, pero olvido todo lo sucedido por un momento y me concentro en lo que realmente tengo delante y, esta vez, es ella. Así que responde rápidamente.

—Más de lo normal. De acuerdo —bromea.

Sonrío, al igual que hace ella, y niego un par de veces con la cabeza. Le digo que ya se lo explicaré en mi cuarto, a lo que no pone queja alguna. Es increíble que esté cambiando su comportamiento tanto conmigo: hace unos minutos estaba diciendo que éramos simples conocidas y ahora tiene toda la confianza del mundo depositada en mí —o eso me da a entender. Pero me gusta. No me pienso quejar de ello, os lo aseguro.

SeleneWhere stories live. Discover now