Midnight Memories [Español]

12

CALUM

       Reviso de nuevo las frases que tengo escritas en la libreta antes de tachar y escribir arriba de ellas nuevas oraciones. Suelto un gruñido cuando no consigo pasar del segundo verso que escribí hace unas semanas atrás.

Everybody loves her
Everybody wants her
Everybody wanna kiss her
     
Skin kisses by the sun      
Oh my god
she will be my downfall      
but i'll be happy to fall for her
she will by my damn  downfall
 

Y ahí quedo, no logro continuarla.

Ya paso una y media desde que nos  presentamos en Mysteria, algunos socios se mostraron interesados en nosotros pero todavía no recibimos noticias por parte de Samantha o de Bob.

Samantha.
     
No le he visto desde esa noche. Según me contó Jisoo, ella está muy estresada con respecto a las competencias de baile, las clases y las audiciones que debe hacer. Me enteré que hace unos días tuvo una competencia de baile en Boston con la academia de baile en la cual trabaja. Me envió una foto de ella besando el trofeo así que me supe que ganaron. 
        
Aparte de eso no hemos interactuado más y quizás, solo quizás, me aburra sin sus constantes comentarios burlescos hacia mi o sus preguntas sin sentido.
      
La noche en Mysteria fue mejor de lo que esperaba. Después de mucho tiempo al fin tuve algo de diversión aparte de la música y  gran parte eso se debe a Bohen, bailar con ella fue verdaderamente agradable.
      
Tan agradable como para dejarme como un hierro.
     
A veces tengo la idea de que a Samantha le gusta jugar con mi cordura, coquetearme, provocarme y luego sale con algo como "Eh, coleguita, guarda la espada que ya no estamos en la edad media".
   
O quizás solo soy yo que imagino cosas.
  
   —¡Caaaalum!
     
Cierro la libreta de cuero donde escribo mis cosas cuando un Jimin sin camisa y con una bolsa de plástico cubriendo su cabeza llega a la sala. Tiene un plato con una brocha en la mano y me sonríe con inocencia mientras revolotea sus pestañas.
      
Niego cuando sé lo que me va a pedir.
    
Ya he pasado suficiente tiempo con él y con Kaleb para reconocer cuando van a pedir favores que no serán de mi agrado.
    
—Se supone que ahora somos hermanos, vengaaa.
   
  Vuelvo a negar y me levanto del sofá para ir a la barra de la cocina. Yo no vivo con ellos pero paso la mayor parte de mi tiempo aquí, me ofrecieron que me mudara y pese a que la idea no me desagrada, la rechace. Me gusta tener mi propio departamento.
       
—¿No es la quinta vez que te tiñes en dos meses? —Estoy bastante seguro de que es así.
       
Paso de tener el cabello negro a rosado, luego lo tuvo azul por unas semanas y después uso un tinte temporal de color morado por unos cuantos días.
      
—No sé y no me hagas preguntas intelectuales —Se queja y se sienta frente a mí mientras saco una bolsa de gomitas de una de las gavetas—. La vida es una sola para andar cuestionandose, hay que vivir y arriesgarse.
       
—Arriesgarse a quedarse calvo.
      
—¿Y si te lo decoloramos a tí? —Sonríe con malicia—. A las chicas les gusta el rubio oxigenado, está de moda.
       
—Me gusta mi rubio natural.
         
Alzo ambas cejas para enfatizar la frase y camino de nuevo hacia el sofá de cuero negro para intentar seguir escribiendo la canción. Sin embargo, me quedo a medio camino cuando una fiera de piel morena vestida con un diminuto vestido de flores rosado pastel y unas botas go go blancas entra por la ventana del apartamento directo a mi.
 
¿Cómo subió las escaleras de incendios con esas plataformas tan altas sin romperse el cuello?
       
—¡Te odio, maldito idiota!
      
Miro a Jimin en busca de ayuda pero solo se alza de hombros y sonríe de lado, pronuncia sin emitir ningún sonido la palabra "venganza".
       
Samantha golpea mi pecho con su índice y tengo que bajar la mirada para poder verle el rostro, a pesar de que lleva tacones sigue siendo unos centímetros más baja. El vestido es lo suficientemente ajustado como para que resalte su figura estilizada y haga que sus pechos por poco salgan de el.