Midnight Memories [Español]

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Un 🌵para un 🌵

Calum

Fijo la mirada en mis manos temblorosas cubiertas con gasas, pequeñas manchas rojizas se ven en ellas gracias a los cortes en mis nudillos. Observo el reflejo de mi rostro en la mesa metálica y al igual que mis manos, los cortes que había fueron cubiertos con vendas que me dieron los paramédicos mientras la policía se encargaba de escoltarme a la patrulla como si fuese el criminal más buscado.

El universo tiene una manera bastante cruel de ser. Desde hace unos cuantos meses vengo imaginando cada una de las situaciones que se podrían desarrollar cuando las mentiras que dije fueran destapadas. Sin embargo, en ninguna de esas ellas me ví a mi sentando en una sala de interrogaciones mientras espero a que un abogado llegue a mi rescate.

Me ví peleando con David, disculpándome con Samantha y los chicos, explicando la situación. Jamás esperé que todo simplemente me explotará en la cara en la manera en la que lo hizo. Y lo más triste de todo esto es que yo mismo provoque que esto ocurriera.

Si no hubiera refutado contra las órdenes de David nada de esto hubiera ocurrido.

Y aún así, a pesar de estar en esta situación, no me arrepiento de haberle llevado la contraria y llegar a ese lugar. Lo volvería a hacer sin dudar. Me arrepiento de haberles mentido a Samantha y los demás, pero nunca de haberlos conocido. Gracias a esa decisión que tomé conocí, quizás, alo mejor que me ha podido pasar. Y si hay algo de lo que me arrepienta es el haberle ocultado esa parte de mi.

Aún estando aquí, esperando a ver qué me depara el futuro, sólo puedo pensar en dos cosas: 1. Cómo estará mi madre ahora mismo. 2. Qué estará sintiendo Sammatha.

Solo esas dos cosas me importan.

A pesar de todo lo que está ocurriendo, mis pensamientos se revolotean alrededor de ella.

El chirrido de la puerta metálica me hace levantar la mirada de la mesa. Un oficial de policía me observa mal antes de hacer una señal a las personas que están detrás de él para indicarles que pueden entrar.

Respiro con alivio cuando la imagen de Kamil Parker entra a la sala de interrogaciones. El vestido rojo y la joyería que lleva la hacen ver fuera de lugar entre las cuatro paredes grisáceas de la habitación.

Detrás de ella están tres hombres y una mujer vestidos de traje.

Sus abogados.

—Abuela.

Me sonríe, acentuando las arrugas de su cara, se acerca a la mesa lo suficiente como para pasar una de sus manos por mis mechones mojados por la lluvia.

—Calum.

Me pellizca una mejilla haciéndome hacer una mueca, luego se inclina para que solo yo oiga lo que va a decir.