CAPITULO 21

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Pov: Christopher

La cabeza me quiere estallar.

Atenea no ha pronunciado palabra desde que salimos del hospital. Se que en este tiempo se ha encariñado con mi hijo, también sé que aunque sea una mujer muy imponente para muchos con Emiliano y conmigo siempre es muy sensible.

Le duele la situación tanto qué no quiso separase de él, y prefirió llevarlo en sus brazos.

Yo por primera vez en la vida no sé qué hacer, me jode no poder hacer algo por mi hijo, me jode no haber podido evitar que se enfermara. Tengo que buscar una solución antes de que pueda empeorar.

Necesito pensar... necesito descargar esta maldita frustración.

Siento la pequeña mano de Atenea tomar la mía, no dice nada, tampoco me ve, solo ve a mi hijo como succiona su chupete y como sus diminutas manos se aferran a su abrigo.

Necesito irme. Pero no quiero que ella crea que no la quiero cerca.

— Nena...

— Yo lo sé amor— es la primera vez que me mira, sus ojos verdes son aún más intensos y eso solo pasa cuando me ve a mi o a Emiliano— Se que necesitas pensar, hazlo te dejaré en tu casa, tomate el tiempo que necesites.

La beso y son de esas veces donde me tomo el tiempo de saborear cada parte de si boca.

— Encontraremos una solución, pero piensa primero que quieres hacer, yo te voy ayudara amor así que tú no te preocupes.

Le doy un beso en la frente ya que no sé qué más decirle.

Llegamos al estacionamiento.

— Llevare al niño con Sara, voy a salir.

— Esta bien.

Se baja y con mucho cuidado me pasa a Emiliano, le da subes besos alrededor de su cuerpo y Emiliano se acurruca más a mi como si buscará sentir su calor.

— Adiós mi niño hermoso— murmura cerrando sus ojos— Cuídate amor— me da un beso que me transmite un poco de paz.

— Te llamo en la noche nena— asiente, me vuele a dar un pico rápido y se sube de nuevo a la camioneta.

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Después de dejar que Emiliano con Sara viene a al Mortal Cage

Tengo los nudillos destrozados, los oídos me zumban con la adrenalina. Tyler entra al cuarto antes de que vuelva a salir a la jaula.

— Señor yo creo que ya deberíamos irnos.

— ¿Acaso te pregunte? — preguntó molesto

— No señor, pero la señorita Atenea se va a preocupar cuando lo vea así.

— De mi mujer me encargo yo, lárgate y deja de dar tu opinión si no la pido.

Llevo casi todo el día aquí y aun no puedo pensar en que haré con mi hijo, las palabras de incompetente doctor me taladrar la cabeza.

Entro a la jaula, la gente no deja de nombrarme, hay dos tipos uno con un bate de alambre con púas, y el otro con una acha, no tardan en atacar y entre golpes, patadas y sangre las palabras regresan a mí.

Señores ya a están los resultados y lo que tengo lamento decirles que no son buenas noticias.

Le quitó el bate y lo comienzo a golpear.

Su hijo presenta un caso de gastroenteritis, y los estudios revelan que fue provocada a causa de la lactancia materna.

Termino lleno de sangre, veo al otro y percibo miedo en su mirada, en un estúpido intento me arroja el acha, fácilmente la esquivo. A puño limpio lo muelo a golpes uno tras otro.

Siempre fuiste túWhere stories live. Discover now