Extra ♡

5.7K 433 109
                                    

Pov: Christopher

Me encuentro dormido sobre algo muy cómodo y me gusta, pero todo se jode cuando comienzan a moverme.

Me aferró de algo y al respirar el perfume de mi tío recuerdo que jugaba con el antes de dormirme, por lo que deduzco que me está cargando.

— Muñequito, despierta campeón que debo sentarte que ya estamos por aterrizar.

— No quiero, déjame dormir— murmuro.

No sé porque acepto venir, Elijah es el único que siempre deja que yo me siente con él en los vuelos.

— Vamos pequeño berrinchudo.

No me gusta que me hable así, suelto un grito de molestia y niego para que me deje en paz.

— Pareces un bebé cuando te pones así.

— ¡No me digas así y déjame dormir! — sé que cuando hago sonidos de que llorare porque me cabrea cede.

En otro momento me hubiera bajado pero las tontas pesadillas no me dejan dormir de noche y este solo molesta cuando puedo.

— Shh ya tranquilo, solo por esta vez te sentaras con tío Reece pero debes saber que no siempre lo podrás hacer.

Pongo mi mano en su boca para que se callé y me da un beso. Solo siento un poco de molestia cuando el avión aterriza, me preparo para ahorita que me quiera hacer caminar pero no inste y me lleva en sus brazos.

La luz es muy molesta, no sé dónde estemos pero hace mucho calor, y eso no me gusta.

— Calma muñequito, ya subimos a la camioneta— y es cierto nos vuelve acomodar y un rico clima empieza a sentirse.

Duermo otro rato más, y me despierto sobresaltado por no saber si el sigue aquí. Y cuando sus brazos me envuelven me tranquilizo.

— Ya campeón, sigo aquí y ya estamos por llegar.

— ¿Dónde estamos? — susurro porque al estar cerca me escucha muy bien.

— En México, te dije que vendría a ver a unos amigos.

— ¿Y yo porque vine?

— Para que hagas amigos tú también muñequito.

— Ya tengo, y no quiero más.

— Patrick, Simón y Bratt son muy buenos amigos pero muñequito no quiero escucharme como tu abuela pero la hija de la nana no me cae muy bien— acaricia mi espalda relajándome aún más— Además estos niños son muy lindos, Rodrigo es de tu edad, y hay una niña.

— No, no me gustan las niñas— arrugó mi nariz.

— Buenos si te gustan los chicos igual está bien pero...

— ¡Noo, no lo digo por eso! — me exaspera que sea tan así.

— La niña puede ser tu amiga, solo que tienes que ser un poco delicado, esta princesa no es como Gema, a ella no la puedes empujar, ni pegarle con los balones, mucho menos romperle sus muñecas o tirarle del pelo— me aparta un poco para verme— No quiero bromas pesadas, ni que la molestes, ni mucho menos que la insultes.

Bufo aburrido, Gema llora pero me gusta hacerla llorar, y si la insulto es porque se pasa de tonta y me exaspera, además tengo que buscar como desaburrirme.

— Se escucha muy aburrida— es lo único que digo.

— Se escucha como una princesa, y es lo que es, una princesa que acaba de pasar por una delicada situación, que necesita un hermoso doctor y a su precioso sobrino para acompañarla unos días.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora