CAPITULO 48

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Pov: Christopher

— Muy bien cuéntame, como la cagaste de nuevo y que tienes planeado.

— Cállate dijiste que no harías preguntas y por eso acepte que vinieras.

— Pero soy tu mejor amigo, mínimo debes contarme— insiste.

— ¿Conseguiste la información que te pedí?

— Sip, lo traigo todo aquí— enseña un iPad— Sabes hay muchas cosas que no concuerdan, de igual manera estoy buscando en archivos hasta de la escuela que estudio para tener más información.

Claro que lo sé, intente investigar yo primero pero no hay nada de esa rata.

— Eso lo veremos al último, ¿hiciste la cita?

— Si, nos recibirá ahorita a las 8, oye me puedes llevar a desayunar.

— No.

— Es que ya me dio hambre.

— No me interesa Patrick.

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Al final si vinimos a desayunar, desde la pesadilla de Atenea ya no pude dormir, y quiero saber más sobre el carbón que a pesar de los años la sigue atormentando.

— Parece como si no hubieras dormido hermano, ¿todo bien?

Dudo si contarle o no, pero sé que él no dirá nada así que lo hago.

— ¿Y qué harás al encontrarlo?

— Hacer lo que Alex no pudo.

Se que está de acuerdo y ya no dice nada.

Me sigue diciendo todo lo que investigo, la amiga que Atenea dice que se cogía aquella escoria resultó estar embarazada, pero de ella tampoco se sabe mucho, supongo que se la llevó. Entre la información hay un registro médico el cual indica que llego al hospital con varias facturas, y.... mierda le cortaron un testículo. Después del hospital no hay registro de él, no hay nada, es como si no existiera, solo hay algunos registros de lugares donde se le ha visto y los últimos son Rusia, Italia, México y Londres.

— Esto no me sirve Patrick.

— Hago lo mejor que puedo pero es como si fuera un fantasma.

— ¿Qué ocupas para darme su ubicación?

— Sabes que yo no trabajo por dinero, eres mi hermano y hace lo que sea por conseguirla, solo necesito tiempo.

Maldito por eso no lo desecho.

— ¿Ya sabes que te vas a hacer?

— Sino no te hubiera dicho que hicieras la cita.

— Vas muy bien, intenta seguir así.

Nos vamos y llegamos al lugar donde una mujer tatuada nos espera.

— ¿Morgan otro rayón más a tu cuerpo? — suelo hacerme los tatuajes con ella— Te hice cuatro opciones con lo que me pediste, pero si quieres cambiarles algo lo podemos hacer.

Asiento y pasamos, me da unas hojas y son lo que quiero, pero no me convencen mucho.

— Mi mujer tiene más pestañas, agrégaselas a este— enseño el que más me gusto— También quiero que le hagas más escamas a la serpiente, en el brillo de los ojos quiero que sutilmente se note una M.

— No conozco a tu mujer pero me imagino que es preciosa, solo sus ojos lo demuestran.

— Los ojos quiero que vayan de verde, así como se le ven en la imagen— le muestro mi celular.

Siempre fuiste túWhere stories live. Discover now