CAPITULO 45

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Pov: Atenea

- Estás loca, por supuesto que no lo haré- su cara está sería totalmente.

- Pues entonces no hay leche mi amor, y quite esas ideas raras.

- ¿Papi no pele tomal titi? - habla el pequeñito el cual ya no está tomando pero se niega apartarse.

- No, porque papi ya está grande.

- Atenea habló enserió.

- Yo también- siento a mi pequeño y me acomodo la ropa- Ya te dije lo que quiero y no pienso cambiar de opinión.

- Mami papá y yo quelemos ulal, ¿tu peles?

- Si mi amor solo déjame mandar este correo y jugamos.

- ¿Aún no sabes cuando llegan? - pregunta Chris sentándose en el suelo con Emi.

- ¿Los tenientes? Aún no, quizás el jueves o viernes, Alex está viendo que día queda mejor.

- ¿Y por qué acá? Nosotros ni estamos para andar enseñando.

- Lo sé amor pero al igual que ellos, tú y yo solo cumplimos órdenes.

Escribo muy rápido y al terminar jugamos lo que queda de la mañana, Christopher intenta, intenta jugar pero es imposible que no se peleen, si no es el peluche, son los carritos, o mis besos, buscan cualquier cosa para pelear.

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Narrador omnisciente.

El día estaba nublado, la comandante de la central de Londres le ayudaba a su novio a colocarse sus medallas, el día de hoy recibirían al comandante y a un grupo de tenientes de Colombia.

Toda la central estaba a la hora de recibirlos. Cuando llego el momento de las presentaciones hubo algo que a Atenea no le agrado y fue una mujer de estatura media, morena, ojos negros y cabello rubio rizado.

Desde que la vio bajar fue consciente de las miradas hacia su novio, creyó que eran ideas suyas hasta que la escucho.

- ¡Chris, que bueno verte de nuevo cuanto tiempo! - chillo y se arrojó a él.

La incomodidad del coronel era evidente, ni siquiera sabía quién era, Atenea busco con la mirada a sus amigas y todas ellas aniquilaban a la morena con la suya.

Cuando el coronel logró apartarla, el comandante Clark se disculpo

- No sé ni quien carajos eres, pero no vuelvas a tocarme- Atenea no entendía nada, se encontraba molesta con aquel arrebato de confianza de la mujer.

- Chrisi como dices eso, soy Laura, trabajamos juntos un tiempo allá en Colombia y...

- ¡Esto no es una puta reunión social, los quiero ya en la sala de reuniones, para que sepan cómo se hacen las cosas aquí. Ahora largo! - espeta el ministro sobresaltado a los recién llegados.

Atenea es la primera en salir del lugar, camina a toda prisa molesta e incómoda en busca de su bebé, Christopher la sigue pero sabe que no es buena idea hablarlo ahora.

Después de unos minutos encontraban en la sala de reuniones, donde también estaba su pequeño hijo, el cual no dejaba de intentar desabrocharle la camisa a su mamá para poder tomar su leche.

Todos en la sala eran conscientes que la hermosa mujer tenía que alimentar a su bebé, por lo cual la ignoraron cuando se cubrió, acomodo a su hijo y lo empezó amamantar.

Mientras lo hacía Christopher no apartaba la vista de ella, pero la teniente no lo apartaba la vista del coronel.

Atenea comenzaba a hastiarle la mujer que a cada nada interrumpiera para hablar del increíble trabajo hacia su novio, sus amigas la acechaban para sacarle los ojos al primer intento de sobre pasarse con el novio de su amiga. La comandante estaba muy al pendiente de cada movimiento que hiciera la teniente, así que cuando vio que la mujer tenía la intención de tocar su mano intervino.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora