CAPITULO 87 pt1

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Pov: Atenea

Mi rostro no borra la estúpida sonrisa que cargo desde que me levanté, parezco una adolescente desde que llegué, pero no puedo desprenderme de la alegría que me invade hasta la última neurona.

Ahora me siento la puta ama del universo en un su yate de miles de euros observando al adonis que lo maneja mientras yo tomo el sol en toples.

Los escoltas se quedaron y lo tengo para mí sola.

— ¡Oye guapetón! — alzo el recipiente del protector solar— Necesito ayuda con esto.

Sale de la cabina poniéndome a babear, este hombre nunca deja de impresionar y ahora más con el torso descubierto mostrando abdominales, los lentes y el cabello sin una gota de fijador.

Se sienta a mi lado esparciéndose el protector en las manos y acto seguido lo siento a lo largo de mi espalda, disfruto de la sensación de su tacto sobre mi piel y doy un pequeño salto cuando siento sus dientes mordiéndome el trasero.

— Esto está sobrando— juega con las tiritas de mi bikini.

— Para nada, las marcas harán que el bronceado se me vea más sexy.

Me esparce el líquido a la largo de las piernas y me nalguea pidiéndome que me voltee.

— Este lado me gusta más— sonríe con malicia mientras me coloco los lentes.

Se inclina y por un momento pienso que me besara el vientre pero contrario a eso se mete entre mis pechos.

— Me perturba tu obsesión con mis tetas— es lo que primero coge cada que tiene oportunidad.

— Es tu culpa el que me provoquen tanto— se mete una a la boca mientras magrea la otra.

— Se me van a caer.

— Las tetas no, el bikini si— desliza la mano por mi abdomen rozando los pliegues de mi sexo.

No tiene las manos quietas y estos días he descubierto mi lado ninfomaníaco, así que o hago más que seguirle la corriente hundiendo las manos en su cabello e incitándolo a que me bese la boca.

Lo hace y la humedad no tarda cuando profundizamos el momento y voy cambiando los papeles hasta quedar a horcajadas sobre su cintura.

— Mi turno— tomo el bronceador y empiezo a esparcirlo por su torso.

— Me gustas más así que con ropa.

— Lo sé— reparto besos por su piel— Sino fuéramos papás seríamos como Adán y Eva.

— Bueno podemos escaparnos de vez en cuando y disfrutar solo nosotros dos.

Mis planes saltaron por la borda desde hace un año, ahora estoy triplemente enamorada, embarazada y nerviosa de proponerle matrimonio. No sé qué voy a hacer, pero quiero estar día y noche así.

Suelta las tiras del bikini y se va bajando la bermuda mostrándome lo que desencadene abajo.

— ¿Al aire libre?

— Si— me acomoda en su regazo.

— ¿Y si pasa algún pescador? — a veces me pregunto si conocerá el pudor.

— Que sienta envidia de todo lo que me estoy cogiendo.

La verga erecta salta ante mis ojos y automáticamente mis manos viajan al nacimiento acercándola a mí entrada mientras me subo sobre él.

Rápido y sin vacilaciones me la deslizo adentro mientras le entierro las uñas en los hombros.

— Qué coño, joder...— ataca el lóbulo de mi oreja— Reitérame de quien es.

Siempre fuiste túWhere stories live. Discover now