CAPITULO 59

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Pov: Atenea

Después de que Christopher viniera por nosotros mi abuelito insistió en que no debía irme así estando tan enojada pero al final entendió que estando ahí es peor.

— ¿Segura que quieres ir allá? Yo no solo conozco un lugar que se llama playa del Carmen.

— Cancún, pero también este es un lugar muy bonito, además que la casa te va a encantar.

— ¿Si hay casa porque llegaremos al hotel?

— Porque necesito que la acondicionen con que ocuparemos, y solo será hoy y mañana.

Se acomoda y sus manos me sostienen por la cintura acostándome en su pecho.

— ¿Y en navidad...

— No vendremos más, o no con mi familia creo que ambos necesitamos un respiro, yo de ellos y ellos de mí.

— Atenea.

— Christopher Dánae me odia, muchas veces la he querido entender pero al final llego la conclusión de que no es mi culpa que mi abuelo me quiera.

— No, no lo es y si a ti te gusta venir lo seguiremos haciendo.

— No solo es Dánae también esta Olivia— inevitablemente me pongo a llorar— Es mi hermanita Christopher, yo daría lo que fuera por ella, ¿sabes cómo me siento?

— Si, si lo sé— intenta pegarme a su pecho pero no lo sabe y me molesto.

— No lo sabes, yo me esforcé toda mi vida para que ella no se sintiera así, que no creciera con odio por haberle quitado la oportunidad de crecer con sus papás juntos, yo jamás quise que...

Me abrazo a su pecho y lloro, lloro como una niña pequeña todo el camino, la hora y media que dura el vuelo y las cuales Em duerme.

Al final me quedo dormida y cuando despierto estoy en los brazos de Chris, pero ya vamos en la camioneta. La fuerza de este hombre me encanta.

— Amor...

— Hm.

— El bebé tiene mucha hambre— murmuro somnolienta y vuelvo a cerrar los ojos.

Mi estomago suena y me sonrojo ocultándome en él.

— ¿El feto o tu? — se burla.

— Ambos.

— Ya casi llegamos y comemos en el restaurante del hotel.

Y así fue, cuando llegamos la habitación ya estaba reservada, subieron la maleta que ocuparíamos y fuimos a comer.

— Siéntense, necesito hablar con Patrick.

— ¿Pido por ti?

— Si, pero no más comida rara.

— Era mole Christopher.

— Igual pídeme otra cosa— le doy un piquito y se va.

— Bebé, despierta mi amor es hora de comer— beso su carita.

Sus facciones se arrugan al igual que su boquita y succiona su chupete.

— Estaba pensando que después de comer podríamos pedir fresas con chocolate, o algo rico pero si no quieres puedes seguir durmiendo— sonrió cuando sus ojitos se abren.

— Ti quiedo— me sonríe a través del chupete.

— ¿Como durmió el bebé de mami?

— Míen, ¿pelidemosh fesas?

— Si pero antes hay que comer— lo siento y comienzo a revisar el menú.

Pido la comida de los tres y mientras llega platico con mi bebé. Tiene muchas cosquillas en su cuellito y se ríe cuando lo beso.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora