CAPITULO 23

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Pov: Atenea

— ¿Estás segura? — pregunta Christopher por milésima vez antes de entrar con mi doctora.

— ¿Tu no?, ¿Christopher no quieres que yo lo haga? Si es eso podemos...

— No claro que no, solo no quiero que te sientas presionada.

— Todo va a estar bien amor— lo abrazo por la cintura.

Entramos y estoy muy nerviosa.

— Atenea buenos días, tomen asiento ¿Qué te trae por aquí?, ¿Creí que teníamos cita para tu inyección trimestral el próximo mes?

— No, en realidad...

— Oh ¿Ya no la quieres aplicar? Te lo dije en algún punto te ibas a querer embarazar.

Ay no puede ser, Christopher sonríe ante eso y no puedo evitar ponerme roja.

— No, no estoy aquí por eso, solo vengo a que me dé algo para producir leche y así poder amamantar.

Alza las cejas y sé que no se lo esperaba.

— ¿Amamantar? Mira es algo complicado ya que necesitamos prepárate los senos de 4 a 6 meses, para que podamos aumentar la producción de prolactina, que es la hormona que estimula la secreción de la leche.

— Desgraciadamente no tengo todo ese tiempo, así que necesito algo para hoy.

— Si apresuramos todo quizás en un futuro pueda traer consecuencias.

— Atenea...— trata de hablar Christopher pero ya sé que va a decir.

— ¿Para mi o para el niño?

— Para ti.

— Entonces no importa quiero algo para empezar a lactar ya.

Después de una revisión general me da unas inyecciones y unas pastillas, durante el tiempo que este lactando no puedo fumar, ni consumir alcohol.

Vamos en el auto de regreso a la casa, Zeus, Gustavo, Dalton y Tyler se quedaron cuidando a Emi.

— ¿Te sientes bien nena? — me da una mirada rápida.

— Si...— algo no deja de darle vueltas en la cabeza y él se da cuenta.

— ¿Qué pasa?

— ¿Y si Emiliano no quiere tomar de mi pecho?

— Entonces tomare yo.

— Hablo enserió Chris.

— Yo también— me acaricia la mano— Si no acepta el pecho continuaremos con la inyección...

— No.

— ¿Entonces?

— No lo sé... podríamos extraerme la leche y dársela en biberón.

— De principio hay que intentar hacer que tome.

— ¿Y cómo haremos eso?

— No lo sé.

Empieza a llover justo cuando llegamos a la casa. Cuando entramos escucho los gritos del llanto de mi bebé y los constantes ladridos se Zeus.

Y voy hacia la cocina donde lo veo sentado en su silla llorando a mares.

— ¿Bebé que pasa? — al verme me tiende sus bracitos y lo saco de su silla.

— Niña desde que se despertó no deja de llorar, creímos que era porque tenía hambre pero no comió nada.

Siempre fuiste túOnde as histórias ganham vida. Descobre agora