Siempre fuiste tú

CAPITULO 70

Pov: Atenea

Emi ya ni hablo mucho en toda la noche de ayer, quise dejarlo en la cuna pero no quiso y tampoco insistí, estos días me ha sido muy difícil el dormir sin Christopher.

Zeus llegó anoche y se puso eufórico al verme, no dejaba de olfatear mi pancita y de correr por todos lados, dormimos los tres juntos pero a las tres de la mañana el celular comenzó a sonar de forma insistente.

Me asuste un poco por la hora pero cuando conteste, solo escuche una respiración muy lenta cosa que me asusto aún más. Por más que insistía nunca contestaron así que colgué, volvieron a llamar una hora después pero no atendí.

Me tope a Christopher cuando llegamos solo beso la cabeza de su hijo y se fue, no me dijo nada solo me ignoro. Se que yo pedí el distanciamiento pero no puedo evitar querer llorar a cada nada.

Toda la mañana han estado entrando y saliendo de mi oficina, no puedo prohibirlo pero no me gusta porque Emi duerme, hay un pequeño cuarto es como si fuera un armario, es pequeño pero cabría muy bien una cuna ahí y podría descansar mejor sin el ruido ni la luz.

— Kate puedes venir— hablo por el teléfono y no tarda en entrar.

— Dígame.

— Puedes encargarte de sacar todo lo que este en ese armario, pídele a alguien que venga a limpiarlo.

— Claro, ¿necesitas algo más?

— No, su esposo, bueno no, su novio... o— se traba mucho y sabe que ya no estamos viviendo juntos— El coronel Morgan quiere hablar con usted con respecto a la navidad de su hijo.

— Puedes pedirle que venga, ¿el coronel Salinas se encuentra trabajando?

— Si, se encuentra con los capitanes en estos momentos.

— Esta bien, llama a Christopher y desayuna mientras hablo con él, también apaga las luces de acá que suficiente tiene mi pequeño con el ruido.

— Esta bien, llamo al coronel, desayuno, vengo a limpiar y...

— Tu solo desocúpalo que alguien más limpie.

— No me molesta señorita, me organizo y pienso más cuando limpio.

— Esta bien, ve.

Me levanto para acomodar a Emi, mi bebé duerme muy feo, siempre lo tengo que acomodar, sus pies están fuera del sillón, los bracitos torcidos, suelta quejas y gimoteos mientas lo acomodo al final se molesta tanto que empieza hacer pucheros y lo tomo para arrullarlo.

Entre palmaditas en su pañal, caricias en su cabello y mi típico sh sh lo calmo. Vuelvo a acostarlo pero ahora de forma correcta y se ve tan bonito así de dormido.

Tiene el cabellito demasiado largo tanto que le llega hasta a las cejas, creo que deberíamos contárselo un poco.

La puerta se abre y Christopher entra sin permiso y se va a sentar. Me siento frente a él en mi silla y solo me mira fijamente, al verlo más detallado que en la mañana sé que se la pasó toda la noche tomando.

— ¿Me llamaste solo para verme? Tengo trabajo Atenea.

Es lo único que dice.

— Fuiste el que le dijo a mi asistente que querías hablar sobre la navidad de Emiliano, te escucho.

— Que pase contigo navidad y conmigo el año nuevo— dice como si ya tuviera todo resuelto.

— ¿Qué?

— Eso, tú lo tienes en navidad y yo el fin de...

— Te escuche perfectamente pero yo... estaba pensando que podríamos pasar la navidad los tres juntos.