Traicionada Por Mi Mate - Teresa Lilly

CAPÍTULO 14 - Descanso

EMMA

Cuando salí de la ducha, pude oír a Sienna gritándole a Logan. Le decía que debería haber dejado a Andrew cuidando de mí. No pude oír lo que él le dijo, pero ni siquiera quise hacerlo, los ignoré por completo.

Me estaba confundiendo. Primero me rechazó y luego se puso celoso y le gruñó a Jake. ¿Cuál era su plan?
¿Quería tomar a Sienna como compañera y dejarme sola para siempre pero no soportaba ver a otro hombre a mi alrededor?

Lo más aterrador era que realmente podía hacer eso.
Nadie podía ir en contra de las órdenes del Alfa. Podía ordenar a todos los lobos machos que se alejaran de mí y tendrian que obedecerle.

Me vestí con todo el cuidado que pude. El dolor me consumía todo el cuerpo. Ya ni siquiera sabía si era físico o emocional.

Me senté en la cama y me apoyé en la cabecera.

Oí la puerta principal abrirse y cerrarse, recé a la Diosa para que Logan y Sienna se fueran.

Unos minutos después, oí que Andrew subia las escaleras y se dirigia a mi habitación. Abrió la puerta y vi que llevaba la bandeja de la comida. Me trajo sopa, filete y verduras. Se me retorció el estómago. No podía comer.

Andrew colocó la bandeja sobre mi regazo y me dirigió
una mirada severa.

— Come — , dijo y se sentó a mi lado.

Cogí lentamente una cuchara y empecé a tomar la sopa. Mi estómago no estuvo de acuerdo de inmediato.

Fruncí el ceño y dejé de comer.

— ¿Qué estás haciendo? — gruñó Andrew.

— Estoy enferma — . Dije en voz baja.

— Claro que si-, suspiró. — No has comido nada desde tu cumpleaños. Tu estómago está sorprendido de que por fin comas.

— Bueno no sobresaltemos aún más a mi barriga — Dije y aparté la bandeja de comida.

Andrew gruñó con fuerza y empujó la bandeja hacia atrás. - Comerás, Emma. No te presionaré. Necesitas tomar un analgésico, y no te lo voy a dar con el estómago vacío.

Suspiré y volví a coger la cuchara.

Me comí más o menos la mitad de lo que Andrew me trajo, y después de convencerle de que estaba llena y de que reventaría si me hacía comer más, por fin apartó la bandeja de la comida.

Me dio un analgésico y un vaso de agua.

— ¿Por qué no me dijiste que tenías problemas para dormir? — me preguntó, apartando la taza y colocándola en mi mesilla de noche.

Me encogí de hombros. -No lo sé.

— Deberías habérmelo dicho — dijo.

Le miré y suspiré. No veía cómo podía haberme ayudado.

— Emma, eres todo lo que tengo en este mundo — dijo seriamente. - No importa lo que pase entre nosotros, siempre puedes acudir a mí con cualquier problema que tengas. Eres mi hermana, y es mi trabajo y mi privilegio cuidar de ti.

— ¿Por qué no me crees lo de Sienna? — le pregunté y bajé la mirada a mis manos.

No me importaba si se enfadaba, no me importaba si me gritaba. Tenía que saberlo. Tenía que saber por qué ella era tan importante para que él siempre desestimara lo que yo le decía sobre ella. No podía ser sólo porque pensara que yo estaba celosa de su relación. Yo era su hermana. Su familia. Debería ser lo primero, ¿no? Sé que era su amiga de la infancia y que le costaba creer que pudiera ser así, pero, ¿no debería creerme sólo un poco?

— ¿Otra vez, Emma? — preguntó con molestia en la voz.

—¿Cómo esperas que acuda a ti con mis problemas, si no me escuchas cuando te hablo de ella? — pregunté y le miré.

Suspiró y se pasó la mano por el pelo.

— No puedo creer que lo que me contaste de ella sea cierto — dijo. — La conozco de toda la vida. Habría notado algo, Emma.

— Es muy buena ocultándolo —. Dije en voz baja.

— Mira, sé que paso mucho tiempo con ella — , me dijo y tomó mi mano entre las suyas. — Pero ella nunca podrá ocupar tu lugar. Que pase más tiempo con ella no significa que sea más importante para mí. Es porque crecimos juntos y ella está más cerca de mi edad.

Ya estamos otra vez con los celos. Sabía que diría eso. No me preocupaba que ella ocupara mi lugar, me preocupaba que me quitara la vida.

Aparté la mano de la suya y crucé los brazos sobre el pecho.

Suspiró y me puso la mano en el muslo. — Ella te quiere mucho, Em. Dale una oportunidad. Sé que todo este asunto con Logan complica aún más las cosas, pero no es culpa suya. Logan tomó su decisión. Será una gran Luna y siempre podrás contar con ella. Todos lo haremos.

— Se está volviendo descuidada, Andrew — . Le dije, mirándole directamente. — Pronto verás que tengo razón.

Sólo esperaba no tener que pagar con mi vida antes que él sepa la verdad.

Suspiró y sacudió la cabeza. — Estás cansado. Vamos a dormir, ¿vale?

Se levantó y salió de mi habitación. Apoyé la cabeza en la cabecera y suspire. Dijera lo que dijera, nunca me creeria. Siempre la elegiría a ella. Logan ya lo había hecho.

Andrew volvió a entrar en mi habitación con una sudadera corta. Cerró la puerta y se subió a mi lado.

— ¿Qué estás haciendo? — le pregunté.

— Dormiré aquí-, dijo. — Igual que cuando mamá y papá murieron, y no podías dormir sin mí.

Tenía razón. Tuve pesadillas después de su muerte.
No podía ni quería dormir sin el aquí. Duró alrededor de un año, la diferencia era que entonces lo quería aqui, ahora no.

— No tienes que hacer eso — . Le dije.

— Métete bajo las sábanas, Emma —, dijo y apagó la lámpara de la mesilla.

En realidad no era tan tarde. Sólo eran las siete de la tarde. Pero siendo diciembre, ya estaba oscuro afuera y en cuanto apagó la lámpara, mi habitación quedó completamente a oscuras.

— ¿No tienes asuntos, Beta, qué hacer? — pregunté. Aún es pronto.

— Logan me dio el día libre para cuidarte — respondió. — Métete bajo las sábanas y duerme.

Suspiré e hice lo que me dijo. Me tapé el cuerpo con cuidado e intenté ponerme cómoda. El analgésico que había tomado empezaba a entumecerme y eso avudaba.

Andrew tomó mi mano entre las suyas y se acercó a mí. Siempre hacía lo mismo cuando yo era pequeña. No podía dormir sin su mano en la mía.

— Te quiero, Em — , dijo.

— Yo también te quiero — . Susurré v deié que el sueño me llevara.