Traicionada Por Mi Mate - Teresa Lilly

CAPÍTULO 27 - La búsqueda

Logan POV

Habían pasado cuatro malditos días desde que Emma desapareció.

Hemos estado buscando en la zona donde Sienna dijo que el pícaro se la llevó. No hemos encontrado nada.

Me estaba volviendo loco. No había dormido desde que desapareció. Estaba enfadada e irritable. Mi manada me dejaba sola, y la única vez que alguien me hablaba era cuando tenían noticias sobre la búsqueda.

Ataqué a una de mis guerreras el día después de que desapareciera. Fue un accidente, por supuesto. Estaba bien. Un par de costillas rotas que sanaron rápidamente.
Pero fue suficiente para que todos mantuvieran su distancia ahora. Todo el mundo excepto Drake y Andrew.

Andrew estaba tan cabreado como yo. No había dormido bien. Estábamos ahí fuera, en el bosque, buscando, y volvíamos a casa una vez al día solo para comer algo.

Leon no me hablaba en absoluto. O gruñía o lloriqueaba, pero se negaba a hablarme. Sabía que le encantaría clavarme sus garras en el culo. Me culpaba de la desaparición de Emma, y no creía que me hablara hasta que la encontrara.

— Todavía no hemos buscado aquí, creo —. Drake murmuró y señaló un lugar en un mapa.

Drake, Andrew y yo estábamos en mi despacho, mirando un mapa de la zona e intentando averiguar un lugar en el que aún no habíamos buscado.

— Esto sería mucho más fácil si pudiéramos oler su aroma —. Andrew gruñó.

— Sienna dijo que él la está dosificando con acónito y probablemente está usando un spray enmascarador en sí mismo —.Drake dijo. — No seremos capaces de olerla .

— Lo sé —. Andrew suspiró y se pasó la mano por el pelo.

Me acerqué a Drake y miré la ubicación en un mapa que está señalando.

— Ayer registramos esa zona —. Fruncí el ceño.

— Mierda-, dijo y se sentó. — Tenemos que encontrarla —

Entorné los ojos hacia él. Le agradecía que nos ayudara, pero su preocupación por mi compañera me ponía de los nervios.

—¿Por qué estás tan preocupado por ella? — Le espeté. — Ella es mía. —

Me miró y frunció el ceño. — ¿Desde cuándo? La última vez que lo comprobé, la rechazaste —

Apreté los puños y rechiné los dientes. Le mataría.

— Basta —. Andrew interfirió. — Logan, tenemos suerte de que esté aquí. Ayudó mucho. Drake, sabes muy bien que el rechazo no borra el vínculo. Así que, a menos que quieras que Logan lo pierda, no desafíes su reclamo sobre ella —

Drake y yo nos fulminamos con la mirada.

Sabía que Andrew tenía razón. Que Drake estuviera aquí fue de gran ayuda. Tenía grandes ideas y era el único con la cabeza despejada.

— Lo siento, Logan —. Drake suspiro. — Andrew tiene razón. Sólo soy protector con ella. No la conozco bien, pero puedo decir que es una loba increíble. Se apoderó de mi corazón en cuanto la conocí. Si realmente es una loba blanca, será Luna para todos nosotros. Y eso significa que también será mi Luna. Y yo la protegeré, siempre —

Es increíble, ¿verdad? Quería hacerme pedazos. ¿Cómo no me di cuenta antes? ¿Cómo pude pensar que no era lo suficientemente fuerte?

— Soy un idiota —. Murmuré.

— Si, lo eres —. Drake dijo. — Más te vale que te perdone —.

— Lo hará —. Andrew dijo en voz baja. — Te perdonará y me perdonará. Si no lo hace, no sé cómo voy a seguir adelante

— Ella te perdonará, hombre —. Drake le dijo. — Eres
su hermano-.

Andrew cerró los ojos y se recostó en la silla en la que estaba sentado.

¿Me perdonaría alguna vez? Siempre podría elegir a otro. Podría rechazarme. Podría aceptar la propuesta de Jake. O Drake. Estaba seguro de que no estaba bromeando cuando dijo que la tomaría como su pareja elegida.

Sólo pensar en otros hombres tocando lo que era mío me hacia hervir la sangre. Haría todo lo posible para asegurarme de que me perdonara. Ella era mia. Por encima de mi cadáver la tendría otro hombre. No dejaré que eso ocurra.

Unos fuertes golpes interrumpieron mis pensamentos.

— Entra —. Gruñi.

Uno de mis guerreros entró corriendo. Estaba sin aliento y me miraba con los ojos muy abiertos.

— ¿Qué? — Le espeté.

— Alfa, Beta, Alfa Drake —, nos saludo, respirando con dificultad. — Nuestros rastreadores vieron un lobo renegado en el bosque mientras buscaban. Dijeron que desapareció en el suelo. Creen que podría haber un escondite subterráneo. Están allí, esperando tus órdenes, Alfa —.

Andrew y Drake se levantaron de sus asientos. Mi corazón empezó a latir más deprisa. Leon empezó a pasearse nervioso. Tenía que ser él.

— ¿Dónde están? — Andrew gruñó.

El guerrero se acercó al mapa y señaló el lugar.

Llevábamos días buscándola y estaba justo bajo nuestros pies. Joder.

Los tres salimos corriendo de mi despacho, con mi guerrero siguiéndonos.

Cambiamos inmediatamente y empezamos a correr.

Teníamos que recorrer una gran distancia, pero al ritmo que llevábamos, llegaríamos en la mitad de tiempo que los lobos normales.

Mientras corría, sólo podía pensar en tenerla en mis brazos. Han pasado cinco putos días desde la última vez que la vi, la última vez que la olí, la última vez que la toqué. No podía soportarlo más. La necesitaba. Necesitaba verla. Necesitaba tocarla.

Destrozaré a ese granuja por alejarla de mí. Mataré a Sienna por alejarla de mí. Se arrepentirán del día en que decidieron hacerle daño.

Tras una hora de carrera, llegamos al lugar. Nos cambiamos rápidamente y nos pusimos los pantalones cortos que nos entregaron mis guerreros.

— Alfa, Beta, Alfa Drake —. Uno de mis guerreros se dirigió a nosotros.

— Sam —. Asentí con la cabeza. — Muéstranos dónde desapareció —.

Sam se alejo más, señalando el suelo del bosque. A primera vista, no había nada. Pero cuando miré más de cerca, vi un asa hecha de cuerda. Estaba bien escondida. Las hojas y las ramas la cubrían, haciendo que pareciera que no habia nada.

Me volví para mirar a Andrew. Estaba nervioso y me di cuenta de que Asher quería tomar el mando.

— Vamos dentro tranquilamente —. Les dije a todos. — No matéis al pícaro. Lo quiero vivo y llevado a las mazmorras. Andrew y yo cuidaremos de Emma. Nadie más la toca. ¿Entendido? —

Oí un montón de — sí Alfa — antes de darme la vuelta y tirar del asa de la cuerda.

La puerta se abrió y sólo se veía oscuridad. Me agaché y dejé que mis ojos se adaptaran a la oscuridad.