Traicionada Por Mi Mate - Teresa Lilly

CAPÍTULO 77 - La espera

LOGAN

Estaba de pie en medio del bosque, mirando la entrada a los sistemas de cuevas.

Mi cuerpo zumbaba con la necesidad de matar.

¿Estás listo, León? le pregunté a mi lobo.

Déjame salir. Gruñó, arañando mis entrañas.

— Pronto — Dije, respirando hondo. Tenemos que
esperar un poco más.

León gruñó, y senti que una oleada de rabia me golpeaba. Estaba más que preparado.

—¿Algo? — Andrew preguntó en voz baja.

Sacudí la cabeza.

No sabíamos cómo manejar a las brujas. No teníamos
tiempo para encontrar a las nuestras, y yo no quería esperar. El sueño en el que vi a Emma me sacudió. Si era real y si de verdad estaba dispuesta a rendirse, no me lo perdonaría nunca si me quedaba esperando a encontrar una maldita bruja que estuviera dispuesta a ayudarnos.

Ni siquiera tendría tempo para perdonarme. Seguiria a mi compañera. No iba a vivir sin ella.

Decidimos esperar hasta sentir a Emma siendo torturada de nuevo. Decidimos atacar una vez que las brujas estuvieran ocupadas con Emma.

Lo siento, cariño. La vinculé mentalmente. Lo siento mucho. Estamos aquí, mi amor. Te sacaremos. Siento mucho que tengamos que usarte así. Lo siento mucho. Te quiero, cariño. Estoy aquí, y te sacaré tan pronto como pueda, ¿de acuerdo? Sólo aguanta un poco más. Sólo un poco más, cariño.

Sabía que no podía oírme. Pero me sentía mejor hablando con ella. Tal vez, sólo tal vez, ella podía oirme, pero no podía responder. Necesitaba darle seguridad. Necesitaba darle fuerza. Necesitaba que aguantara un poco más.

Miré a Andrew. Estaba al límite. Parecía jodidamente salvaje. Sabía que todo el infierno se desataría una vez que dejara salir a Asher.

— ¿Cómo está Asher? — Le pregunté a mi Beta.

— Está listo para matar — gruñó Andrew, manteniendo los ojos fijos en la entrada del sistema de cuevas.

— Lo mismo con Leon — . Murmuré. — Él quiere salir. —

— Estoy teniendo problemas para mantener a Asher —. Andrew gruñó en voz baja.

Pude ver cómo sus músculos se contraían en un esfuerzo por detener su movimiento.

— ¿Estás intentando vincularla mentalmente? — Le pregunte.

Asintió, apretando la mandíbula

— Sigo hablándole , dijo. — Tengo la esperanza de que tal vez ella puede oírme, pero ella no puede responder. —

— Yo también — . Suspiré.

Emma, te quiero tanto. La conecté mentalmente de nuevo. Estoy aquí, cariño. Estoy afuera de la cueva. Voy por ti. Pronto estarás de vuelta en mis brazos.

Dejé de hablar, esperando tener noticias suyas. Sabía que no lo haria, pero la esperanza era una perra implacable.

Cuidaré de ti, cariño. Abrí nuestro enlace mental de nuevo. No puedo esperar a que te mejores. No puedo esperar a probarte de nuevo. No puedo esperar a estar dentro de ti. No puedo esperar a hundir mis caninos en ese dulce cuello tuyo. No puedo esperar a hacerte mía de todas las formas posibles.

Iba a casarme con esa chica. En cuanto la tuviera de nuevo en mis brazos, iba a atarla a mí de todas las putas maneras posibles. Iba a hacerle el amor, follármela, marcarla y casarme con ella. Era mía y me aseguraría de que todo el mundo supiera a quién pertenecía.

— ¿Y si no está aquí? — murmuró Andrew, apretando los puños. — ¿Y si estamos en el lugar equivocado? —

La ira estalló en mi interior. Gruñí, entrecerrando los olos.

— Ella está aquí — Dije, apretando la mandíbula. — Ella tiene que estar aquí —

Andrew respiró hondo y se pasó los dedos por el pelo.

Tenía que estar aquí. Mi bebé volvería hoy a mis brazos. Hoy saborearía sus labios. Hoy sentiría su piel bajo las yemas de mis dedos. Hoy inhalaría su increíble aroma. Hoy la vería, joder.

Si no, quemaria el puto mundo.

La iba a recuperar. Hoy.

Miré alrededor del bosque que rodeaba la cueva. Los guerreros míos y de Drake estaban escondidos por todas partes. Si no supiera exactamente dónde se escondían, habría pensado que Andrew y yo estábamos aquí solos.

Pero no estábamos. Todos mis guerreros y los de Drake estaban aquí. Incluso algunos de mis lobos que no estaban clasificados como guerreros vinieron. Todos estaban listos para luchar contra los bastardos. Todos querían a Emma de vuelta.

Ni siquiera sabía cuánto la quería mi manada. Entró en sus corazones incluso antes de convertirse en Luna. Fue voluntaria en el hospital, ayudó en el centro de entrenamiento, fue voluntaria en la escuela, ayudó a Amy en los campos. Todos la conocian y todos la querian.

Fui un completo idiota cuando pensé que no sería una buena Luna.

Era una Luna incluso antes de saber que era mi compañera. Ni siquiera me necesitaba para convertirse en Luna. La necesitaba para ser un Alfa.

Yo era su Alfa.

No sería un Alfa sin ella. Tenía que traerla de vuelta. La necesitaba de vuelta.

Me imaginé acariciando lentamente sus mejillas. Me imaginé mirándola a los ojos y dándole un suave beso en la boca. Podía saborearla en mi lengua. Podía sentir sus suaves labios contra los míos. Me imaginé tocando su suave piel mientras besaba su cuerpo. La imaginé gimiendo y gritando mi nombre. Me imaginé penetrándola mientras mis caninos atravesaban su deliciosa piel.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Necesitaba que sucediera. La necesitaba, joder.

Apreté los puños y me obligué a concentrarme.

Necesitaba matar al cabrón primero. Tenía que enseñarle lo que pasa cuando coges algo que me pertenece.

De repente, una oleada de dolor me golpeó como un tren. La estaban torturando de nuevo.

¡VAMOS! Grité a través del enlace mental con todos mis guerreros. ¡YA!

Estoy aquí, cariño. Conecté mentalmente a Emma. Voy a por ti.