Traicionada Por Mi Mate - Teresa Lilly

CAPÍTULO 17 - Preparativos

EMMA

Estaba sentada en mi habitación esperando a que Amy viniera y me ayudara a prepararme para la cena de esta noche.

Las costillas estaban mucho mejor. Todavía tenía que tener cuidado al moverme, pero ya no me dolían tanto como el primer día.

Por suerte, no he tenido más encuentros con Sienna desde el día en que me volvió a romper las costillas. No había vuelto a venir a casa desde entonces, y nunca me había sentido más en paz. De alguna manera, sabía que no duraría mucho.

Me sacó de mis pensamientos la llamada a la puerta principal. Miré el reloj y vi que sólo eran las dos de la tarde. Amy vendría a las cuatro. ¿Quién podía ser?

Bajé las escaleras y abrí la puerta. Jake estaba allí sonriéndome.

— Jake — . Dije con una gran sonrisa en mi cara. — Pasa. Te he echado de menos.

— Yo también te he echado de menos, preciosa —, me dijo y pasó a mi lado para entrar en nuestro salón.

Se sentó en el sofá y me miró.

— ¿Qué haces aquí? — pregunté y cerré la puerta principal.

Me hizo un gesto para que me sentara en el sofá. Me acerqué y me senté a su lado.

— Emma, necesito hablarte de algo muy importante — , dijo seriamente.

Me senté más erguida y asentí.

—Quiero tomarte como mi compañera elegida — , dijo y tomó mis manos entre las suyas.

No puedo decir que me haya sorprendido. Ya
habíamos hablado de esto antes. Pero en cuanto dijo
esas palabras, me senti nerviosa y triste. Eliza se quejaba
dentro de mi, diciendome que él no era nuestro compañero, y que no le pertencíamos. No se equivocaba, pero nuestro verdadero compañero no nos quería no y hace mucho, quería que Jake fuera mi pareja. Me gustaba. Pero no podía quitarme la sensación de que no le pertenecía. Tal vez era demasiado pronto. Tal vez necesitaba más tiempo.

— Jake — . Hablé en voz baja. — Sabes que me
gustas, ¿verdad? Quería que fueras mi compañero, y me
quedé destrozada cuando descubrimos que no éramos
compañeros. Te quiero como mi compañero elegido, pero
es demasiado pronto para mí. Necesito más tempo,
Jake.

— ¿Por qué, Emma? -preguntó con tristeza en la voz —. He hablado con tu hermano sobre esto. Me dijo que esperara a ver si encontrabas a tu verdadera pareja. Lo hiciste, y el ha hecho la cosa más estúpida y te ha rechazado. ¿Qué te detiene ahora, hermosa?

Suspiré y miré mis manos entre las suyas. — No estoy
segura, Jake. Sólo sé que ahora no es el momento
adecuado. Me gustas y quiero hacerlo bien. No quiero
hacerte daño, te estaría lastimando. Y ahora mismo, sé
que no lo estaré.

— Lo entiendo-, dijo en voz baja. — Te quiero,
Emma. Tómate todo el tiempo que necesites. Yo estaré
aquí, esperando.

Le miré y sonrei. Lo abracé y el atrajo mi cuerpo hacia
el suyo.

— Gracias, Jake. — Le susurré en el hombro.

Me soltó y se levantó. — Mejor me voy. Amy me dice
que vas a ir a esa cena formal para Alfa Drake esta noche.

Asentí con la cabeza. — Sí. Como hermana de Beta, se espera que asista. Amy vendrá a ayudarme a prepararme.

— Dios, Emma — dijo, aturdido. — Estaba tan nervioso por hablarte de ser mi compañera elegida que me olvidé por completo de tus costillas. ¿Cómo estás? — me preguntó mientras tiraba de mí hacia arriba y me tocaba suavemente el costado izquierdo.

Me rei entre dientes. — No pasa nada, Jake. Estoy bien. Todavia me duele un poco, pero nada como el primer dia.

— Estaba tan enfadado contigo — , frunció el ceño. No me gusta verte herida, y me enfurece que te pongas en peligro.

— Lo sé. Me di cuenta por la mirada severa que me dirigiste todo el tiempo — dije y me reí.

— No vuelvas a hacer eso — , me dijo suavemente, y tiró de mí hacia él.

— No lo haré. Lo prometo — . Le dije.

Me besó en la frente y me soltó.

— Te veré mañana, preciosa —, me dijo y me soltó.

Se dirigió a la puerta principal y me dedicó una gran
sonrisa antes de salir.

Subí corriendo a ducharme antes de que Amy viniera.

No me molesté en elegir mi ropa porque sabía que Amy quería hacerlo por mí. Le encantaba que la dejara vestirme y a mí me divertía. Se ponía toda femenina y emocionada y a mí me encantaba.

Estaba sentada en mi cama, revisando mi teléfono, cuando oí a Andrew entrar en casa.

Se acercó a mi dormitorio y abrió la puerta.

— Hola, pequeña — sonrió. — ¿Cuándo viene Amy?

— Pronto — . Le dije y le devolví la sonrisa. — ¿Cuándo
debo llegar?

— Alrededor de las 6 de la tarde — , dijo. — Voy a vestirme y volver. Tengo que estar alli temprano.

— De acuerdo — . Dije, justo cuando sonó el timbre.

— Dejaré entrar a Amy —. Dijo Andrew y salió de mi habitación.

Unos instantes después, una Amy muy emocionada entró en mi habitación.

—¡Emmy!— , gritó y corrió a abrazarme. — Estoy tan emocionada. Vamos a empezar.

Me reí y la dejé hacer su magia.

Al cabo de media hora, oí a Andrew gritar adiós y salió de la casa.

Amy y yo estuvimos charlando todo el rato y acabé contándole lo que había pasado con Sienna.

—¡Oh, Dios, Emma! — gritó y dejó de aplicarme el delineador. — Deberías decírselo a alguien. Tengo miedo de lo que te hará!

— No, Amy. — Sacudí la cabeza. — Lo he intentado. Andrew simplemente no quiere creerme. Sólo espero que Logan la marque pronto para que deje de sentirse amenazada por mí.

— No lo sé, Emma — dijo. — Ella es una perra loca.

— No te equivocas. Pero no te preocupes. Te lo diré a ti o a Jake si no puedo con ella.

Me miró con preocupación, pero asintió y volvió a maquillarme.

Media hora después, había terminado. Amy me abrazó y me besó la mejilla. Me dijo repetidamente lo guapa que estaba antes de tener que irse a casa.

Me miré en el espejo y sonreí.

Había elegido un vestido negro sin tirantes con escote en forma de corazón. Me llegaba justo por encima de la rodilla. Era muy ajustado, se sentía como una segunda piel. Llevaba tacones negros y un pequeño bolso negro.
Me rizó el pelo en suaves ondas que me caían hasta la mitad de la espalda. Mi maquillaje era mínimo. Un delineador fino, máscara de pestañas y un pintalabios rosa suave completaban el look. Me echó un poco de perfume en el cuello y las muñecas.

Me veía increíble. Nunca me había sentido tan guapa como en ese momento.

Me puse el abrigo, respiré hondo y me dirigi hacia el establo.