Traicionada Por Mi Mate - Teresa Lilly

CAPÍTULO 46 - La vuelta a casa

EMMA

Por fin estaba de vuelta en mi habitación.

Ha pasado una semana desde que me encontraron. Mi infección se había ido y el acónito se filtró fuera de mi sistema. Podía oír y sentir a Eliza de nuevo. Estaba tan feliz cuando escuché su voz por primera vez. La echaba mucho de menos.

Yo también te extrañé, Emma. Dijo Eliza.

Sonreí, disfrutando del sonido de su voz en mi cabeza.

Te dije que Andrew y Logan nos encontrarían. Dijo con orgullo.

Lo hiciste. Me reí entre dientes.

Espera...

Me incorporé bruscamente.

¡¿Lo hizo?!

¡¿Cómo?!

Tenía acónito en mi sistema. No pude hablar con ella durante días. ¡¿Cómo iba a hablar con ella en la cueva?!

Somos especiales, Emma. Eliza dijo en voz baja. Atravesé la barrera para hablar contigo. Pero cuando sentí que Andrew y Logan te llevaban a casa, me retiré. Necesitaba descansar. Atravesar la barrera del acónito es duro

¿Pero cómo pudiste hacer eso, Eliza? pregunte, confusa. Los lobos no pueden hacer eso.

Podemos. Eliza rió entre dientes.

¿Cómo? pregunté, aún más confuso que antes.

Eliza se rió y volvió a mi mente, poniendo fin a nuestra conversación.

Fruncí el ceño. ¿Por qué no me contestaba? ¿Qué quería decir con eso?

— ¿Emma? — Oí a Andrew gritar mi nombre.

—¿Sí? — Le grité.

— ¡Almuerzo! — , volvió a gritar.

Me levanté con un resoplido. En realidad no tenía hambre, pero sabía que Andrew me obligaría a comer. Ha estado insoportable en el hospital. No podía saltarme ni una comida.

Entré en la cocina y mis ojos se dirigieron inmediatamente al lugar donde Rolf me había noqueado.
Era la primera vez que entraba aqui desde que habia sucedido y se me revolvió el estómago dolorosamente.

Todo volvió a mí como una marea. Las caricias de Rolf, las palabras de Sienna, mis súplicas impotentes. Senti como si estuviera sucediendo de nuevo.

—¿Emma? — Oí la voz de Andrew llamándome, pero no pude levantarle la vista.

Mis ojos estaban fijos en el lugar donde Sienna me hizo arrodillar. Me costaba respirar. Sentía que el corazón se me iba a salir del pecho. Me empezaron a sudar las palmas de las manos. Un escalofrío me recorrió el cuerpo.

— Mierda —. Oí murmurar a Andrew.

Seguía sin poder levantar la vista.

Un momento después, la mancha del suelo estaba cubierta por el cuerpo de Andrew cuando vino a colocarse frente a mí. Me cogió suavemente la cara y me levantó la cabeza para que le mirara. Tenía una expresión preocupada mientras me miraba de arriba abajo.

— ¿Em? — me llamó de nuevo. — ¿Quieres comer en
el comedor? —

Asentí, respirando hondo.

— Está bien, amor — Dijo Andrew mientras me besaba la frente. — Ve a sentarte. Traeré nuestros platos—

Volví a asentir, me di la vuelta y sali de la cocina. Tenia la horrible sensación de que Rolf estaba justo detrás de mi y que me iba a agarrar en cualquier momento.