Traicionada Por Mi Mate - Teresa Lilly

CAPÍTULO 47 - Ardor

LOGAN

Estaba muy cabreado.

En pocos minutos, ese pequeño chucho estaría sentado en este sofá. Estaría mirando a MI compañera como si ella le perteneciera. Se reiría con ella, y la tocaría.

Pensó que ella lo elegiría a él. Pensó que la alejaría de mí.

Leon gruñó tan fuerte que hasta yo me estremecí.

Voy a matarlo. León continuó. No la tocará. No la tendrá. No lo permitiré. Si la cagas, Logan, te meteré las garras por el culo.

No la cagaré. Suspiré. Otra vez no. No la perderé. Ella me pertenece. Es mía y sólo mía.

Me alegro de que por fin estemos de acuerdo. gruñó
Leon. Lástima que no me escucharas cuando descubrimos que era nuestra pareja. No habría otros hombres tras ella en este momento.

Cierra la puta boca. Gruñí.

Le bloqueé y respiré hondo. Sus palabras sólo avivaron mi ira y mis celos. Sabía que tenía razón. Si la hubiera aceptado, como debía, ahora no habría un Jacob ni un Drake. Sienna nunca habría podido arrebatármela.
Estaría marcada, apareada y sería mía. Nadie me la habría quitado.

― Tal vez deberías irte, Logan ― Andrew suspiró.

Mis ojos se clavaron en él. ― ¡¿Estás loco?! ―

Andrew se pasó la mano por el pelo y volvió a suspirar.

― Estás demasiado tenso. Tu aura Alfa en la habitación
es sofocante.

― No voy a dejar a mi compañera sola con otro macho que la desee ―. Gruñí, apretando los puños tan fuerte que dolía.

― No estará sola ―, dijo. ― Estaré aquí todo el tiempo. Y Amy también vendrá.

Mis fosas nasales se encendieron y mi ira siguió aumentando.

― He dicho que no.

― Bien ―. Dijo Andrew, levantando las manos en señal de rendición. ― Pero intenta calmarte un poco.

Le dirigí una mirada furiosa e intenté escucharle. Cerré los ojos y respiré hondo.

Oí a Emma bajar las escaleras y su embriagador aroma
me calmó al instante.

Me di la vuelta para mirarla.

Era preciosa. Llevaba unos leggings y una sudadera con capucha. Llevaba el pelo recogido en un moño desordenado. Tenía un aspecto tan jodidamente increíble que estuve a punto de agarrarla y hacerla mía. Su olor me estaba volviendo loco.

― ¿Va todo bien? ―, preguntó cuando llegó al final de la escalera.

Podía sentir mi aura Alfa en el aire.

― Por supuesto, amor ―. Andrew le sonrió. ― No te preocupes.

Abrió la boca para hablar, pero la interrumpió un golpe en la puerta.

Joder.

Me hervía la sangre, y ni siquiera estaba dentro.

Emma se dirigió a la puerta principal y la abrió.

Amy saltó sobre ella, chillando ruidosamente.

― ¡Emmy! ―, gritó. ― Estoy tan contenta de que estés bien. ¡Te he echado tanto de menos!

Emma se rió y le devolvió el abrazo. ― Yo también te
extrañé, Amy.

― ¿Estás bien? ― le preguntó Amy mientras la soltaba y miraba su cuerpo de arriba abajo.