Traicionada Por Mi Mate - Teresa Lilly

CAPÍTULO 44 - Lesiones

EMMA

Durante los 45 minutos siguientes, Andrew y yo hablamos y nos reimos.

El dolor en mi cuerpo disminuyó después de que la doctora Wren me diera algo para ello, pero seguía doliendo. Lo que realmente necesitaba era a mi compañero. Pero no podía pedirlo.

La puerta de mi habitación se abrió de golpe y Logan entró corriendo. Se me erizó la piel al verle. Llevaba un pantalón de chándal negro y una camiseta negra ajustada que parecía una talla más pequeña que la suya debido a todos sus músculos. Llevaba el pelo revuelto y la barba le daba un aspecto aún más sexy. Normalmente, se afeitaba. Me pregunté por qué se dejaba crecer la barba.

Me hormigueaba el bajo vientre y, si pudiera sentir a Eliza, sabría que estaría babeando.

— Hola, cariño, siento mucho llegar tarde — Logan dijo mientras se apresuraba hacia mí. — Mi madre quería hablar conmigo sobre la manada —

Logan me cogió la mano con la suya y se sentó en la silla junto a mi cama. El dolor de mi cuerpo casi desapareció con su contacto.

Arrugué las cejas. — ¿Qué pasa con la manada? —

— Ha estado al mando los últimos días, así que quería ponerme al día de todo lo que ha estado pasando — Logan explicó.

¿A cargo? ¿Por qué estaba ella al mando? ¿Dónde estaba Logan?

Andrew vio mi cara de confusión y me dedicó una pequeña sonrisa.

— Logan estuvo aquí contigo todo el tiempo- Andrew dijo. — La tía Gloria se encargó de la manada —

Mis ojos se abrieron de par en par mientras miraba a Logan. — ¿Estuviste aquí?—

— Por supuesto, cariño —. Dijo Logan, depositando un beso en el dorso de mi mano. — Tú eres mía. Siempre estaré a tu lado—

Sus palabras hicieron que mi cuerpo reaccionara de una forma muy interesante. Mi corazón se hinchó de felicidad, pero mi vientre se retorció de ansiedad. ¿De verdad me quería? ¿Por qué? ¿Qué había cambiado? ¿Podría confiar en él? Realmente quería confiar en él. Pero tenía miedo. ¿Y si me hacía daño otra vez? Probablemente sólo lo hacía por miedo. Cuando saliera del hospital, se daría cuenta de que yo seguía siendo la loba pequeña y débil que había rechazado no hacía mucho. Él todavía no querría que yo fuera su compañera y Luna. Todavía iba a reemplazarme.

Bajé la mirada hacia mi regazo, esforzándome por no perder el control de mi respiración. Sentía que el pánico me atenazaba el pecho y no quería que me vieran así.

— De acuerdo —. Andrew murmuró después de que me quede en silencio. — He vinculado mentalmente a Wren. Quiere hablar con nosotros sobre su estado. Estará aqui en un minuto—

Jugueteé con la manta. Logan me frotaba con pequeños circulos el dorso de la mano, provocándome cosquilleos y escalofríos por todo el cuerpo. Andrew hizo girar un mechón de mi pelo alrededor de sus dedos.

El silencio en la habitación era enloquecedor.

Afortunadamente, unos minutos después la doctora Wren entró en la habitación.

—¿Cómo va el dolor, Emma? —me preguntó mientras cerraba la puerta.

—¿Dolor? —gruñó Logan, con los ojos desviados entre la doctora Wren y yo.

— Le dolía cuando se despertó, así que le di algo para eso-, explicó el médico.

— ¿Por qué no me lo dijiste? —. Logan frunció el ceño y se levantó.