1. El mecánico

322 18 2
                                    

Coronet - Corellia

El parloteo incesante acabó por llamar su atención, como el molesto zumbido de un insecto. Chasqueando la lengua, Adso apagó el soldador y se bajó las gafas de protección, dirigiendo una mirada hastiada a las manos de Drian, que no dejaban de gesticular nerviosamente.

—No, en serio, piénsatelo, ¿vas a pasarte la vida en este estercolero? Deberías tener más visión de futuro. —El joven mensajero estaba sentado sobre la placa oxidada del deslizador. Adso suspiró, dándole un toque en la pierna con la punta del soldador para que bajara.

—Lo que quiero ahora mismo es que te bajes de ahí, apenas he conseguido ensamblar el chasis.

Drian le miró fijamente, esperando que Adso le devolviera la mirada y se diera cuenta de la frustración a la que le estaba sometiendo, pero eso raramente ocurría. Dándose por vencido, bajó de un salto y se sacudió los pantalones polvorientos.

—Hay un montón de gente en Coronet que mataría por una oportunidad de trabajar para la Corporación. No entiendo qué tienes en la cabeza, tío.

—Que casi es la hora de cenar y has retrasado mi trabajo. No puedo ir a descansar hasta que no termine con esto —replicó el mecánico mirando el deslizador con cierto desánimo.

—Es una chatarra, como todo lo que tienes aquí.

La unidad ID9 que orbitaba alrededor del vehículo oxidado emitió un pitido de descontento y agitó los tentáculos metálicos. Adso miró al droide y negó con la cabeza. Era un modelo antiguo, plateado y adornado con una raya azul que le cruzaba el redondo y rojo visor en el centro de la aplanada cabeza.

—Le has ofendido.

—¿Qué? No es más que una sonda, no tiene capacidad para ofenderse. —Adso se colocó las gafas de protección, ajustó las lentes y volvió su atención al deslizador como si Drian hubiera dejado de interesarle—. ¿Y ya está? ¿Te vas a quedar tal cual? Prométeme que al menos te pasarás por allí para la entrevista.

—No pienso prometerte algo que no v...

—Vale. Vale. Déjalo, porque en este mismo momento tengo ganas de darte un puñetazo y sé que no te estás dando cuenta de lo irritante que eres. O eso espero. —Drian hizo un gesto de frustración y se colgó la bandolera de nuevo—. No entiendo cómo alguien como tú puede tener tan buena suerte. Si te dieras cuenta de lo injusto que es, irías a esa entrevista a la velocidad de la luz.

El chisporroteo del soldador amortiguó el sonido de la voz de Drian. Adso ya no le prestaba atención, tenía que terminar de ensamblar aquella máquina antes de la cena, era lo que se había propuesto y el sol ya estaba descendiendo. Pronto, el calor sofocante del día se convertiría en un frío penetrante que le haría imposible trabajar fuera, y no podía meter el deslizador en el taller atestado.

—Nos vemos mañana, Drian. Intenta averiguar qué ha pasado con los propulsores que pedí hace dos semanas...

El mensajero resopló y no dijo nada más. Adso estaba concentrado en la llama de plasma azulada que escupía el soldador, pero pudo sentir cómo se marchaba, cómo aquel cúmulo de frustración e impaciencia se diluía en la brisa vespertina, dejándole con el agradable chisporroteo del plasma y el zumbido de las máquinas. ID9 se detuvo levitando sobre el deslizador, mirándole con su enorme sensor rojo, que giró al enfocarse en él. Adso le devolvió la mirada y negó con la cabeza.

—No eres chatarra, Idin, ha dicho eso porque está enfadado.

La unidad ID9 emitió un pitido complacido y un zumbido semejante a un ronroneo, se acercó al banco de trabajo y cogió algunas de las herramientas con las pinzas metálicas del extremo de sus brazos articulados. Era una unidad pequeña y antigua que le daba más trabajo del que le quitaba, pero Adso no podía ni pensar en deshacerse de ella. Su compañía, en ese instante, le resultaba más reconfortante que la de Drian o la de cualquiera de sus clientes. Era silencioso, no vertía sus frustraciones en él y tampoco esperaba nada de él, así que podía decirse que era lo más parecido a un mejor amigo que tenía.

Tentado por la oscuridad [Star Wars] (OCs/Obikin)Where stories live. Discover now