17. Reunión de emergencia

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La Señora Suprema Khidra aguardó sin prisa alguna a que el gallinero de la reunión de emergencia se aplacara por sí solo. Todo había sido tan repentino que había muchos ausentes, con hologramas en su lugar. Cuando todos fueron guardando silencio, asintió satisfecha.

—Comprendo la consternación. La reunión será breve y es cierto que podría haberse limitado a un comunicado por la Holored, pero eso solo hubiera generado rumores absurdos y prefiero que todo el mundo esté informado. Lord Sidius, si es tan amable...

El aludido se levantó y pulsó unos botones de la mesa, que proyectó una representación del planeta Lah'mu, detallada y rotatoria.

—Lah'mu. Sector Raioballo. Rico en minerales, pero tan alejado que de momento está sin explotar y solo se dedica a la agricultura. No tiene ciudades, solo asentamientos que aquí llamaríamos pueblos. Y en uno de ellos algún imbécil se ha estado paseando con un sable de luz rojo.

Las voces volvieron a subir de tono hasta que Khidra intervino.

—No sabemos quién puede ser. Pero está claro que alguien va por su cuenta. Y solo veo dos opciones: o ha enloquecido, o quiere vernos allí. No rehuiremos esa más que probable invitación. Esa provocación. Esa trampa, incluso. Pero las Pruebas son la semana que viene y no me gusta aplazar las cosas. Necesito un voluntario, los maestros están exentos.

—Yo iré.

Raseri no se había parado a meditarlo ni un segundo. Las oportunidades como esa rara vez se presentaban, era una señal.

Khidra frunció el ceño.

—Acabo de decir que los maestros están exentos, lord Raseri.

—Lo sé. Para supervisar a sus acólitos. Pero yo no voy a presentar a ninguno.

Se hizo el silencio, era algo que el resto ya sabía.

—En ese caso, tú pasarás la prueba, es indiferente.

—Puedo pasarla en solitario. En mi caso solo es un trámite.

La bravata dejó tras ella nuevos murmullos. Khidra levantó una ceja.

—¿Pretendes ir allí en un estado lamentable, a morir?

—Solo necesitaré un día en el bacta.

Las voces se elevaron tanto que Khidra ordenó silencio a gritos.

—¿Y qué hay de tu aprendiz?

—Vendrá conmigo. Le será útil a todos los niveles. Me ocuparé de mantenerlo a salvo.

Sidius levantó la mano y se ajustó la túnica cuando tuvo la palabra.

—Me gustaría añadir algo importante. Desde Coruscant van a mandar a dos jedis y estoy convencido de que escogerán al Elegido y a su maestro. Es importante que el primero conserve la vida.

—Bueno, si no sabe conservar eso, a lo mejor no es tan elegido —comentó una sith humana en un tono jocoso que fue coreado por varios más, incluido Sidius.

—Todavía no está preparado. Por eso es importante que lord Raseri, si se ocupa de esto, actúe con moderación —añadió Sidius.

—¿Qué hay de su maestro? —preguntó el aludido.

—Oh, puede morir sin problemas —replicó Sidius—. Y el muchacho puede sufrir daños. Sería incluso bueno para él, en el Templo mantienen demasiado a raya sus sentimientos primarios. El dolor lo acercará a nosotros. La búsqueda de venganza, también.

Khidra había guardado silencio hasta entonces.

—Lord Raseri, ¿no considera que su acólito Diatan está preparado?

—Ni remotamente. No lo soportaría, muy pequeño, su mente es demasiado blanda.

—Doy fe de ello. Hace unos días estuvo entrenando con los adultos por un castigo. Al principio parecía muy emocionado por usar sables de verdad, pero en cuanto empezamos se bloqueó por completo. Solo defendía y lloraba en silencio —indicó la maestra de espadas láser.

—¿Qué hay de Gluk-Tar? —preguntó Khidra.

—Creo que podría. Pero ningún umbarano se ha sometido nunca a las pruebas. Con sus dones mentales lo veo demasiado arriesgado. Y es muy valiosa como para perderla por querer ir demasiado deprisa. No se qué opinará lord Frem-Tar.

Un umbarano se retiró la capucha y mostró su rostro pensativo.

—No estoy seguro. Puede que lo más conveniente fuera capturar a alguien de mi raza y experimentar para no dar pasos en falso. Gluk-Tar podría someterse el año que viene, si sigue evolucionando así.

Khidra asintió.

—Muy bien. Lord Raseri y su aprendiz viajarán en dos días a Lah'mu, donde averiguarán qué ocurre con ese sable rojo e interrogarán a su portador para después matarlo. El Elegido deberá sobrevivir. Frem-Tar buscará a un umbarano adulto y a un niño para probar su resistencia mental. Y lord Nathair será el encargado de practicar las pruebas con lord Raseri. In umbris potestas est.

Todos corearon la frase salvo Nathair y Raseri, que se miraban en silencio.

Tentado por la oscuridad [Star Wars] (OCs/Obikin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora