8. Contradicciones

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Adso no recibió ninguna felicitación por su gran trabajo con los IT-O, pero la voz corrió enseguida y varios trabajadores le pidieron que echara un vistazo a sus máquinas o deslizadores, pagándole con créditos, alimentos o favores.

Con el paso de los días se dio cuenta de que la vida en la Academia, pasando por alto métodos y enseñanzas, era similar a la de cualquier escuela: clases prácticas, clases teóricas de todo tipo, desde biología hasta filosofía; comidas en salas grupales, meditación y un poco de tiempo libre, si te quedaban fuerzas para hacer algo que no fuera dormir. Al principio parecía que su estancia allí iba a ser un infierno continuo. Inesperadamente, la Academia de Korriban estaba siendo una experiencia ostensiblemente mejor que el poco tiempo que él había pasado en la escuela en Corellia. Si no tenía en cuenta que le habían secuestrado y metido allí a la fuerza. Estaba aprendiendo cosas que jamás hubiera soñado aprender y la galaxia se abría ante él como un lugar mucho más grande e interesante de lo que imaginaba. Muchas veces se sorprendía ansioso por acudir a la biblioteca para saciar la curiosidad despertada durante las clases sobre la naturaleza del poder que compartía con el resto de alumnos.

Era en las clases de Raseri en las que destacaba especialmente, tal vez porque estaba con los niños, o porque el maestro le brindaba una fuente inagotable de emociones turbulentas y dispares. Aunque no quería pensar demasiado en lo que había pasado aquella noche en su habitación, le resultaba imposible no hacerlo cuando le tenía cerca. Raseri hizo ciertas sus palabras y no había vuelto a visitarle. Eso le tenía en una constante tensión. En las horas libres, en lugar de meditar, Adso arreglaba los droides y los deslizadores de los trabajadores de la Academia, encontrando la paz y la claridad que necesitaba en ese mar tormentoso en el que se habían convertido sus emociones. Estas habían resultado ser un potente combustible para sus recién descubiertos dones, pero cuando caía la noche y se encontraba solo en su cama, se convertían en un tormento.

En sus sueños la escena se repetía una y otra vez, pero cambiaba. Raseri siempre estaba allí, ese placer denso y adictivo que le había sometido lo hacía arder todo. A veces, él conseguía someterle, pero se daba cuenta con horror de que el rostro de su maestro era el suyo propio. Despertaba febril y excitado, sintiendo un vacío aterrador al darse cuenta de que estaba solo en la habitación. Ese hueco había existido siempre, pero ahora era consciente de él, como si lo ocurrido hubiera roto los muros tras los que guardaba todo lo que no deseaba ver sobre sí mismo.

Que su maestro le ignorase fuera de las clases le molestaba cada día más. El hombre que había irrumpido en su vida y la había hecho añicos, dejando una marca imborrable en él, parecía totalmente ajeno a su existencia después de haberla reducido a cenizas. Eso debería haberle aportado paz, era lo que deseaba, ¿no? Que se olvidara de él y dejara de martirizarle. Pero aquella actitud solo alimentaba su obsesión.

Estaba en la biblioteca, intentando estudiar, cuando le vio. Raseri rara vez se dejaba ver por las zonas comunes, igual que el resto de maestros. Fue casualidad que Adso llegara a atisbarlo entre los pasillos, charlando con otro hombre. Tuvo la impresión de que algo vibraba en el ambiente. Su atención fue atraída de inmediato por la escena, pero fingió incluso para sí mismo que no le importaba. Siguió hasta el pasillo contiguo con la firme intención de encontrar lo que estaba buscando, pero fracasó estrepitosamente.

La sección de novelas, con manuscritos viejos y estanterías estrechas, era poco concurrida. Los dos sith estaban muy pegados y en ese momento reían en voz baja. Aún estaban lejos, y sin embargo escuchó con una claridad pasmosa la risa compartida. El desconocido tendría la edad de Adso, quizá era un poco más joven. Tenía el rostro tatuado, mucho más que Raseri, y llevaba un mohicano negro atado en una coleta baja que casi le llegaba al muslo. Estaba acariciando el pecho de Raseri, cosa que este parecía disfrutar.

Tentado por la oscuridad [Star Wars] (OCs/Obikin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora