La habitación de enfrente

Prólogo

El frío de noviembre se estaba colando por debajo de las telas que llevaba, pero por suerte el viento había cesado. Mis manos trataban de no temblar pero cada vez era más imposible.
Quizá estar aquí no era la mejor manera de evadir los problemas, pero la tranquilidad que era capaz de transmitirme Damián hacía que quisiese quedarme con él.

—Ya lo sabrás —me mostró una sonrisa juguetona—. ¿Y qué más quieres hacer cuando cumplas 18?

Pensé. Había tantas cosas que quería hacer. Viajar, conocer el mundo, poder comprar alcohol, independizarme...Me mareé de solo imaginar cada cosa que podría hacer.

—Quiero bailar con alguien bajo las estrellas —concluí.

Antes de contestar me echó una mirada divertida sin dejar de mostrarme su característica sonrisa burlona.

—Pero eso lo puedes hacer con 17 años, ladrona.

En su cara seguía sin borrar su característica sonrisa divertida que tanto me gustaba.

—Ya, pero como no he podido hacerlo con 17 años, lo hago con 18 —reí tomando como pude aire por la boca.

—¿Y quién dice que no puedes hacerlo con 17 años?

Me encogí de hombros.—No lo sé.

Tiró el cigarro que llevaba en sus manos sin terminar, se levantó con cuidado de no caer del banco donde estábamos sentados y me tendió su mano. Me armé de valor para mirarlo fijamente cosa que duró muy pocos segundos.

—¿Qué haces?

Por un momento traté de calmar mi respiración jugando con mis dedos, como si fuese una manera para poder distraerme.

—Ladrona, esto sonará demasiado cursi pero...¿Quieres bailar conmigo bajo las estrellas? —sus ojos se fijaron en los míos y pude ver como sus pupilas se dilataron notablemente.