Capítulo 38: "Alto, me quiero bajar"

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«¿Qué quieres hacer esta noche?»

«Ya sabes lo que quiero hacer».

«¿Otra vez estudiar?»


—Cariño, ¿qué sucede?

Regreso a la realidad y meto a la boca la porción de carne que cargaba el tenedor.

Recuerdo que el Sol hace mucho que se asomó y no falta tanto para que vuelva a esconderse, y que desde anoche no he visto a Jack. Tampoco he sabido nada de Max, y menos de Rei.

—Solo estoy un poco cansada, casi no pude dormir. —Me remuevo de la silla.

Rita termina de lavar los trastos y se sienta con nosotros en la mesa de la cocina.

—¿A qué hora sale tu vuelo? —me pregunta.

—A eso de las seis. —Apoyo la cabeza en el brazo, cansada de cargarlo por mi cuenta.

—Puedes dormir el resto del día hasta que te vayas —propone—, si quieres te preparo un té relajante para que te ayude a dormir.

—Gracias, eso me gustaría.

Sonríe y se levanta a hervir el agua.

—¿Dónde está Jack? No lo he visto desde anoche —curiosea mi padre.

—Se marchó esta mañana —aviso, con ningún pensamiento asomándose.

—¿Y por qué no se fueron juntos? —Me mira, intrigado.

—Porque no me gusta madrugar luego de una fiesta.

—Hablando de la fiesta...

Rita lo toma como una señal para dejarnos solos. Sabía que no lo dejaría pasar, bueno, es lo que me toca.

—¿Cómo estás?

Lo miro, sin esperar la pregunta.

—Sé que ya eres lo suficiente adulta para hacerte cargo de tus problemas, y por eso no me inmiscuiré, pero sigo siendo tu padre y voy a seguir preocupándome por ti así no quieras —lo dice con una combinación entre firmeza y dulzura, aquel tono cargado con la dosis única que solo él es capaz de crear.

—Voy a estar bien. —Le da un apretón a mi hombro—. Te lo prometo.

—Y nunca has roto una promesa —afirma—. Pero si quieres que te ayude con el cuerpo sabes que con gusto lo hago.

—Papá.

—Solo digo.

Aprieto su mano, agradecida de tenerlo en mi vida.

—Seguro que a tu madre le habría dado gusto verte anoche. Estaría orgullosa que me pusieras en mi lugar.

—Eso lo aprendí de ella —bromeo.

—Y también aquel sentido del humor que nunca me hace gracia.

Lo que queda del almuerzo nos la pasamos charlando, cómodos y relajados.

Lo que queda del almuerzo nos la pasamos charlando, cómodos y relajados

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¿Me van a dejar hablar? [Presente MVDH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora