¿Me van a dejar hablar? [Presente MVDH #1]

Capítulo 39: "Tantas vueltas dan nauseas"

«Amelia, si sigues reprobando de este modo te expulsarán de la universidad».

«Bien, estudiaré más a la próxima».

«Oh, claro que lo harás, porque yo me aseguraré de que lo hagas. Desde ahora estudiaremos juntos».

De: Susana te debe una cachetada

William fue despedido, Mara también. Con ellos van cuatro.

Rayos.

Que no cunda el pánico, es posible que no sea gran cosa, y sea solo una casualidad. No me adelantaré a los hechos hasta averiguar más.

Mejor iré a beber.

Me levanto del sillón, dejo el tazón de palomitas y el control remoto en la mesita, y me dirijo a mi habitación. Luego de un par de minutos regreso ya cambiada, con unos jeans oscuros, una camiseta negra de tirantes y una chaqueta del mismo color. Parezco Buffy, la cazadora de vampiros, pero qué más da.

Apenas abro la puerta recibo un tocamiento indebido en uno de mis pechos. Rei aparta la mano tan rápido como la acercó y la esconde tras su espalda, supongo que avergonzada por pasar a segunda base sin siquiera una cita previa.

—Hola.

—Hola —contesto y tuerzo la boca.

—Veo que estás por salir. —Se muerde el labio inferior mientras revisa mi vestimenta.

—Así es. —Doy varios asentimientos.

Si está tan nerviosa como yo es porque algo sabe, en este caso me gustaría pensar que Max no se lo ha dicho todo, o voy a tener que añadirla a las personas que deberé evitar en el futuro.

No quiero que las cosas se pongan raras entre nosotras ahora que sabe que soy la ex de la persona que le gusta.

—¿Puedo ir contigo?

—En realidad no tengo un plan sobre el lugar al que iré, solo pensé en caminar por ahí hasta encontrar una licorería, hacerme compinche del dueño, y conseguir descuentos de vinos.

—Podríamos ir a ver tu pintura —propone animada.

Pongo cara de póker, con mi arcaico cerebro tardándose en procesar sus palabras.

—¿Cómo sabes de la pintura? —arrastro las palabras, yendo con cuidado.

—Jack me lo contó. —No te pongas celosa, carajo, ya no tiene sentido hacerlo—. Y ahora que he encontrado algo de tiempo pensé en preguntarte si querías ir acompañarme.

—No creo que eso sea...

—Después podríamos ir al concierto de Ascension, unos amigos me dieron sus boletos porque ellos no iban a poder ir, y viene con pases para bastidores.

Demonios, me encanta Ascension, sería la jefa de su club de admiradoras si es que no me resultara cansador.

Había olvidado que hoy sería su concierto, pero ahora que viene a mi mente recuerdo que se trata de un fan meeting exclusivo cuyos boletos se agotaron en la primera hora.

Si rechazo tremenda oferta me ahorcaré con una soga hecha de tangas usadas.

—Yo conduzco —digo con una amplia sonrisa.

La tomo del brazo como si de un minuto a otro se convirtiera en mi amiga del alma, mi hermana perdida, la entraña de mi ser.