Capítulo 42: "Cita de besos"

19.1K 1.2K 246
                                    

«Jack, ¿no te preguntas por qué tengo tanto tiempo libre?»

«Yo también tengo tiempo libre».

«Sí, pero tú lo elegiste, yo no tengo opción».


¿Me habré vestido demasiado bien? Me he echado perfume y todo.

Estás bien... para ser asesinada.

En serio para con eso.

Lo haría si dejaras de pensar al respecto, recuerda que soy la voz de tu conciencia y sé todo lo que se cruza por tu mente antes de que tú misma lo notes.

Ya, te voy a creer.

Pero si no quieres hablar sobre Rei y el arma asesina que usará podemos hablar de algo mucho más interesante... Sí, justo de eso hablo.

¿En serio crees que Rei sepa algo?

En realidad, no lo sé, aunque sepa más de lo que tú sabes no leo mentes ni me comunico con otras conciencias. Aunque eso sería genial, ¿no crees?

No me parece que Max se lo haya contado, de otro modo no habría sido tan amable conmigo. Y si no se lo dijo debe ser porque sospecha algo sobre lo que ella siente por él. Lo que significa que es posible que...

No vayas por ahí.

No, estoy bien, si ellos dos terminan juntos...

No, me refiero a que no vayas por ese camino, el departamento de Max y Rei queda por la derecha, si vas por esa ruta te tardarás el doble del tiempo y llegarás tarde a tu cita con la muerte.

Mejor dejo de hablarte.

Estaciono en el primer puesto vacío que encuentro y me encamino al edificio de departamentos en donde viven Rei y Max.

Ya en el piso indicado empiezo a deambular por el extenso pasillo para llegar a la puerta que está al fondo. Esta se abre y una mujer sale a pasos firmes y algo tenebrosos, su rostro se ve enfurecido y triste, y parece que va a llorar en cualquier momento.

Cuando pasa por mi lado me golpea el hombro al no fijarse por donde iba, y en esos segundos que la tuve cerca la idea de que la he visto antes se cruza por mi mente.

Me detengo para verla alejarse, algo preocupada de su mal estado, e intrigada que haya salido del departamento al que me estoy dirigiendo.

Al volverme y continuar con mi camino, mis pies dejan de funcionar1.

La cercanía de sus cuerpos me hiela la sangre y la unión de sus bocas reseca mi garganta.

Me he convertido en un cubo de hielo que tardará en derretirse por el frío que hay en el ambiente, pero le pido al señor Sol que haga una milagrosa aparición y me desaparezca, que me convierta en un simple charco que se secará con el tiempo.

Pero él no oye mis súplicas.

Ambos se separan para dirigir sus miradas hacia mí, y aunque lo creía imposible, mi temperatura vuelve a bajar.

La gravedad se ha multiplicado a tal punto que me cansa cargar mi propio cuerpo, esa es la causa probable por la que no puedo sentir las piernas.

Huir.

¿Cuántas veces lo he hecho ya? ¿Por qué ahora no puedo hacerlo? No quiero seguir viendo esto. No quiero.

—Amelia... —dice Rei en voz baja, mirándome como si yo fuera un fantasma.

¿Me van a dejar hablar? [Presente MVDH #1]Where stories live. Discover now