Epilogo

19.2K 1.1K 215
                                    

—¿Estás segura de esto?

¿Alguien está seguro de algo? ¿Es posible tomar una decisión y estar completamente seguro de que es lo correcto?

Si fuera así esto sería pura ficción.

Estoy por cruzar la puerta, porque se supone que no hay dudas en mí, ni temor sobre lo que quiero hacer, pero me paralizo ahí mismo.

Me paralizo.

—¿Por qué quieres irte con Jack?

—¿Por qué quieres saber? —Mis dedos juegan con el pomo de la puerta.

—Curiosidad.

Respiro hondo y lo enfrento.

—Aunque no te concierne, me voy con él para empezar de nuevo.

Se ha parado, y con las manos en la espalda da cortos pasos hacia mí.

—Así que tu plan es empezar de nuevo... —Sigue acercándose— ¿Siguiendo los pasos de Jack?

—Yo no estoy...

No estoy haciendo eso, ¿verdad?

—Jack va a ir a Milán porque se le ha otorgado una oportunidad de trabajo que no se consigue todos los días. —Mete las manos en los bolsillos del pantalón—. Entonces, ¿por qué tú también vas? Este es su momento... —Sacude la cabeza—. No el tuyo.

—Sé que es su momento, y quiero acompañarlo en este punto importante de su vida.

—¿Estás dispuesta a acompañarlo tanto tiempo? ¿A estar detrás de él mientras va ascendiendo en su trabajo?

—Sí, eso quiero —digo con firmeza.

—¿Sacrificarías tanto por él?

—No estoy sacrificando nada. —Frunzo el ceño—. Lo quiero.

—¿Lo quieres?

—Sí, lo quiero.

—¿En qué sentido? —Se cruza de brazos.

—No entiendo tu pregunta —sueno irritada, y ni me molesto en ocultarlo.

—¿Hasta dónde llegarías para estar con él?

—Haría lo que sea por verlo feliz.

—Suenas segura.

—Lo estoy.

Sus labios se curvan, mostrando una sonrisa burlona. ¿Qué se ha creído?

Déjame darle una paliza. Nadie se burla de nosotras.

No te metas.

—Te propongo algo. Ven conmigo.

¿Contigo? ¿Acaso estamos dementes? No seas vago y échanos el cloroformo como corresponde, que aquí nadie va a hacer el trabajo por ti.

—¿Por qué iría contigo? —Enarco una ceja.

—No te emociones, mi interés por ti es tan bajo como la temperatura en la Antártida. —Me da la espalda y se aleja—. Solo quiero que trabajes para mí.

¿Trabajar para ti? ¿Acaso somos suicidas? Preferiríamos trabajar limpiando el trasero de los dinosaurios.

—Preferiría trabajar limpiando el trasero de los dinosaurios.

¡No tenías que decirlo!

¿Y entonces por qué lo dices? ¡Ya no te haré caso!

—Te aseguro que te pagaría mucho mejor que ese empleo que mencionas; además, si aceptas, el único trasero que limpiarías sería el tuyo.

¿Me van a dejar hablar? [Presente MVDH #1]Where stories live. Discover now