Capítulo 3

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Damon observaba a su amigo desde uno de los sillones del despacho. No habían hablado durante todo el trayecto desde la fiesta hasta su casa. Sabía que algo había ocurrido allí y que Nick se lo contaría cuando lo considerara oportuno, claro que después de varias copas de Cognac esperaba que fuera antes que después, porque conforme pasaba el tiempo veía claramente como a Nick se le oscurecía la mirada.

El Conde estaba sentado frente a el, con una copa en la mano. Miraba con absoluta concentración al fuego encendido en la chimenea, como si en ello le fuera la vida. Damon carraspeó para llamar su atención por quinta vez, pero ésta consiguió que le dirigiera su mirada.

- ¿Sabes Damon, ésta noche me he comportado como un imbécil?.- Y levantó la copa en señal de brindis.

-Siempre te compartas como uno, eso no es novedad.- acompañó a su broma con una sonrisa para relajar el ambiente.- ¿Que ha ocurrido?Sabes que puedes contar conmigo.

Nick lo miró y cambió de postura incómodo. Apoyó los codos sobre sus rodillas y comenzó a girar la copa entre sus dedos.

Damon, no estaba acostumbrado a verlo nervioso y eso le picó la curiosidad. Qué había podido pasar para que se comportara de manera tan extraña.

-Esta noche he seguido a la señorita Carrington hasta la biblioteca y la he besado.- Lo dijo como si toda la frase la compusiera la misma palabra y luego se recostó sobre el sillón nuevamente.

- Bueno amigo, eso no está del todo bien, pero todos sabemos que es práctica común robar besos....¿ o es que ella no quería y la has obligado de alguna manera?

-¡No, por Dios!.- Se levantó y se dirigió hacia el escritorio. Se giró y se sentó sobre él.- Ella estaba dispuesta, o eso me pareció. No sé que me ocurrió esta noche. Soy un hombre bastante controlado en lo referente a las mujeres. Tú me conoces desde hace años. Mantengo relaciones con mujeres que saben lo que espero de ellas, sin que me tenga que preocupar por madres casaderas y señoritas virginales que aspiren a convertirse en ser la flamante Condesa de Laughton. Mi fin no es casarme.- Se pasó una mano por el pelo con gesto nervioso.- Por eso no entiendo como he podido perder la cabeza de esta manera.- Se incorporó y cogiendo la botella volvió a llenar su copa.

Damon lo veía ir nervioso de un lugar al otro de la estancia. Y todo por un simple beso.

- A ver si lo entiendo.¿Todo esto es por un beso?. Nick, tú y yo hemos dado más que eso y nunca te había visto en ese estado.

- Lady Remington nos vió. Mañana a primera hora me ha citado para hablar.

- Bueno... esto...creo que lo cambia todo ¿verdad?. Una cosa muy diferente es robar un beso a escondidas y otra es que te pillen cuando lo estás dando. ¿Que piensas hacer?.

- El matrimonio nunca ha entrado en mis planes...-. Volvió a repetir como si al hacerlo se reafirmara en ello.

- ¡Nick!.- lo interrumpió- No puedes olvidarlo y ya está. Sabes que...- Se calló al ver la rabia que despedía la mirada del conde.

-Damon, sé lo que tengo que hacer...lo único es que no pensaba que sería así. Siempre había imaginado que dentro de unos años buscaría a alguien adecuado con el que casarme y no por obligación.

- Podrías hablar con Lady Remington y llegar a un acuerdo. Si sólo te vió ella quizás no diga nada a nadie si tú te niegas al enlace. Después de todo no ha sucedido nada irrreparable.- Lo miró y sabía antes de que terminara de decirlo cual iba a ser su reaccíon.

Nick apretó las mandibulas y se irguió. Se encaró con él. Damon nunca había sido objeto de su furia y en ese momento deseo no haberlo provocado.

- No es una opción. Tú mejor que nadie sabes que nunca dejaría que alguien sufriera los continuos cotilleos de la sociedad porque yo no quiera asumir responsabilidades. Los dos sabemos el daño que eso puede ocasionar. Sólo con que Lady Remington lo comentara delante de alguien del servicio y ésta a su vez a una amiga que sirviera en otra casa.. Al final estaría en boca de todos. Los chismes vuelan rápido. Y lo que hoy es una simple gota mañana es un río.- Y diciendo esto salió de la habitación.

Damon lo vió irse. Se arrepintió de haberlo sugerido siquiera, no sabía en que pensaba cuando lo propuso.El no iba a dejar que la reputación de la señorita Carrington fuera arrastrada por el suelo. Recordó a Violet, la hermana de Nick. Era su primera temporada y causaba sensación. Los caballeros se la disputaban en los bailes por su personal encanto. A pesar de no ser una belleza tenía algo que hacía que la tuvieras que mirar más de dos veces y cuando sonreía no podías apartar la mirada de su rostro. El escándalo fue espantoso, se le encontró con un miserable en una situación comprometida, pero él no quiso saber nada del asunto. Las habladurías y que se fuera diciendo que no había sido su primer amante hicieron que Violet tomara una decisión equivocada. Se quitó la vida. Nick, se volvió loco, y en duelo acabo con la vida del causante de la muerte de su querida hermana. Después de eso se marchó del país.

Se levantó de su asiento y se dispuso a marcharse. No, Nick cumpliría con lo que tenía que hacer, aunque sospechaba que Merediht Carrintong le había impactado más de lo que quería admitir.

Saga Londres 1 " Matrimonio a la fuerza "Where stories live. Discover now