Capítulo 21

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Meredith retocedió ante su asedio inclinando hacia atrás su cuerpo sobre el brazo que la mantenía unida a él pero parecía que no estaba muy dispuesto a dejarla ir.

Su boca la besaba con furia. Sus lengua irrumpía en su interior con fuerza. Una de sus manos le impedían que retirara el rostro, porque los dedos enredados en su pelo la mantenía firme bajo su ardiente beso.

Intentó respirar, el aire le faltaba y sus pulmones le pedían con apremio que lo consiguiera cuanto antes. Colocó las manos en su amplio pecho intentando separarlo pero no consiguió moverlo. Era un muro infranqueable lleno de pasión desbordada. Notaba su respiración agitada y el acelerado latido de su corazón y se recreó con la sensación que le producía al sentir las ondulaciones de su musculado torso bajo sus dedos.

Cuando pensaba que no soportaría ni un minuto más sin respirar, Nick, desplazó su boca ardiente por su mejilla. Ella boqueó recuperando la respiración. La cabeza le daba vueltas sin llegar a saber muy bien si debía de pararlo de alguna manera aunque su cuerpo pedía que siguiera besandola, tocándola y haciéndole sentirse viva.

Dejó de resistirse entre sus brazos y se abandonó a todo lo que quisiera hacerle y como quisiera hacérselo.

Sus dientes le mordían el cuello y su lengua trazaba sendas que dejaban su piel enfebrecida y deseando más.

Sintió su aliento sobre la oreja y su respiración agitada la excitó más que cualquier otra cosa. Le pasó los dedos entre su negro pelo y lo atrajó más hacia ella. Lo escuchó gemir y el calor de su boca le acarició el interior del oido. Sus piernas temblaban, toda ella lo hacía, y se asió con más fuerzas a él para no caer. Notaba un lugar entre sus piernas que pulsaba rabiosamente exigiendo atención.

Jadeó cuando una de sus manos aprisionó un pecho y curvó la espalda para profundizar el contacto. Su boca bajaba por su cuello y notaba como su piel agradecía su roce vibrando con cada toque. El deseo era dueño de su cuerpo mientras suplicaba que Nick la siguiera tocando.

De prontó sus manos le levantaron la falda del vestido con prisa, con rabia, dejando sus piernas visibles para que él pudiera observarlas, si quería, solamente bajando la mirada mientras su falda seguía colgando por detrás. Ella tembló cuando el aire rozó su piel. Se sentía expuesta pero dejó de pensar cuando sus manos le acaricaron el trasero. Contuvo la respiración, esta vez voluntariamente, mientras Nick la apretaba contra él. La levantó del suelo y volvió a besarla. Ella le correspondió con todo lo que podía dar de si misma.

- Rodeame con tus piernas.- Exigió.

Se separó de su boca el justo tiempo de ordenarle aquello y luego bajó otra vez para reclamarla.

Escucharlo le provocó oleadas de placer que la recorrieron sin darle tiempo a saber de donde venían. Su voz era áspera y no permitiría una negativa que por otra parte ella no iba a darle.

Obedientemente sus piernas se ciñeron él y se restregó sin pudor ninguno contra su cuerpo. Necesitaba que la tocara o el fuego que sentía dentro la consumiría.

Nick pareció escucharla porque sus dedos se deslizaron entre sus piernas y ella sintió tal descarga que su cuerpo se aflojó. Jadeó ante su tacto mientras le acariciaba sin tregua su carne húmeda, no dejando un lugar por recorrer.

Agradeció el que su brazo la sostuviera contra él porque no se sentía con fuerzas suficientes de hacerlo por ella misma.

Se concentró en el sabor de su boca, en como su lengua la torturaba. Le chupaba el labio y eso hacía que perdiera la cordura.

Nick hacía magía con sus dedos. Se deslizaban dentro de ella una y otra vez. Los sentía en su interior y suspiro de puro placer.

De pronto Nick comenzó a andar cargando con ella pero no por ello dejó de besarla o detuvo el movimiento de su mano. La sentó sobre la mesa y entonces ella lo miró a los ojos.

Saga Londres 1 " Matrimonio a la fuerza "Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum