Capitulo 06.

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Cerré los ojos mientras sentía el charco de sangre llenando lentamente la sala de arriba. Tengo que dar fin a este miedo a la sangre, o me podría desmayar en cualquier momento, estoy tan cerca de perder el conocimiento.

Aww, bebe, abre los ojos ve lo que el diablo creo para ti —le oí decir en algún lugar cerca de mi— Abre tus ojos amor —el siseo, tomando mi barbilla. Suspire y abrí los ojos.

No obstante me arrepentí al instante de hacerlo. Allí estaba él, con un cuchillo de carnicero en una mano, cuervos muertos, y cabezas de personas que no tenía idea de quienes eran.

La vista frente a mi me hizo atragantarme. Mi cuerpo se estremeció ante la horrible escena frente a mí. Esto es demasiado para asimilar.

Buena chica. —El sonrió, levantando su enorme cuchillo y lo apunto hacia mí —Vamos a divertirnos mucho juntos, Lucinda. Mucho.

—¡D—Déjame sola! —tartamudeé, caminando hacia atrás mientras que el tan solo inclinaba su cabeza hacia un lado.

Oh, ¿así que te rindes tan pronto? Eso es muy estúpido de tu parte, ¡podríamos tener mucha diversión juntos!

Me estremecí ante sus palabras, ¿qué quiere decir con diversión? ¿me torturara con sus pesadillas? ¿sus actos de terror tratando de espantarme?

¿Torturar gente delante de mí? ¿tomando sus vidas frente a mis ojos sin piedad? O es algo más...

—¿Quién dijo que me rendía? —me detuve, mirándolo a los ojos— ¡No me voy a rendir hasta que te vayas! Nos quedaremos aquí, y mi madre compro esto —hable con dureza.

Bueno, si te has olvidado, esta es originalmente mi casa. Mi casa. No tuya —el declaro severamente. Una paloma blanca pasó arriba nuestro, él salto, la tomo entre sus manos y la rebanó haciendo que sus plumas y sangre estén por doquier.

Me ha removí asqueada cuando sentí algunas gotas de sangre caer sobre mi piel.

—¡Eres un cerdo asqueroso! —le dije, el apretó su mandíbula y apretó su agarre en el cuchillo de carnicero. Claramente, él estaba enojado.

Genial, bien hecho Lucinda. Tan solo parece que quieres morir. Mi subconsciente hablo, negando en desaprobación.

Antes de que pueda reaccionar, el camino hacia mi, tomando mi cuello entre sus manos y haciéndome atragantarme.

Di eso una vez más cariño, ¡y desearas jamás haber nacido! —el grito— ¿Entendiste amor?

Rápidamente asentí, deseando que saque sus manos de mi cuello. Finalmente, el me dejo ir y pude respirar bien.

Continuaremos esta mierda mañana cariño. Necesitas descansar, porque mañana necesitarás la maldita energía. No quiero asustar a alguien que luce un fantasma —el dijo malvadamente, y desapareció en el aire, junto con la sangre, los cuervos muertos y las cabezas de las personas.

Suspire pesadamente, sentándome en el piso. ¿Debí haberme rendido y convencido a mi madre para poder mudarnos?

Me puse de pie lentamente, tome un marcador rojo estaba encima de mi cajón, y dibuje una gran X en Lunes.

Día uno. El primer día en el infierno ya terminó.

Camine hasta mi cama, dejando el marcador, y posicionando las cochas sobre mí. Las ventanas estaban abiertas, haciendo que el aire frío entre a la habitación. Pero realmente no me importaba, me gustaba el viento frío, y estoy muy cansada para cerrar la ventana de todas formas.

Hex [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora