Capitulo 43.

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Después de la cena, todos fuimos a la sala de estar; Bien excepto mamá, que quedó lavando los platos en la cocina. Nerviosamente, jugueteé con mis dedos al pensar en lo que va a pasar después.

Traté de escuchar las bromas de mi padre sobre su abuela cuando él era un niño, para aliviar el nerviosismo. Pero no funcionaba.

Randy se rió junto con mi papá, mientras yo me sentaba en silencio. Papá debió notarlo, por lo que llamó mi nombre: —Lucinda.

Me volví hacia la dirección de donde venía la voz. —¿S-Si? —balbuceé, aclarando mi garganta.

—Estas muy callada, ¿estás bien?, ¿hay algo malo? —preguntó preocupado.

Sacudí la cabeza y sonreí débilmente. —No papá, no hay nada malo —murmuré antes de cerrar los ojos. Quiero decir, ¿de qué sirve abrir los ojos si ni siquiera puedes ver una cosa clara? Podría estar descansando hasta que me vaya mejor. Después de todo, eso es lo que el doctor dijo.

—¿Estás segura? —preguntó de nuevo, y yo asentí. —Bueno, en ese caso, no veo ninguna razón para que no vayas conmigo mañana. —Esto me hizo abrir los ojos.

Confundida, le pregunté: —¿Qué? ¿A dónde vamos mañana?

¡Al Instituto Silent Mound, por supuesto! —explica—. Aún vas a tener esa entrevista, por eso vamos a ir allí mañana, para poder inscribirte.

—¡Todavía no estaba de acuerdo en que iba a ir a la escuela! De hecho, no estaba de acuerdo en absoluto. —escupí—. Papá, ¡no quiero pasar mi último año escolar aquí en este horrible lugar!

—¿Qué quieres decir con horrible lugar? Lucy, no creo que haya algo horrible aquí en Silent Mound, excepto el nombre de la ciudad por supuesto, pero...

—¿Qué? ¿Quieres decir que no has visto nada sospechoso como la gente vestida del mismo color en el centro comercial como si hubiera algún código de vestimenta? —grité con exasperación— ¿O la gente que actúa rara y te mira como si fueras un alienígena?

—¿La gente vestida del mismo color de ropa? —Randy pensó—. Bueno, eso es algo que no ves todos los días, claro. —El impulso de darle un puñetazo era muy alto, le sugeriría que se callara si quiere vivir.

—Sí, estás exagerando a Lucy, ¿por qué te miran así?, ¿quizás tenías algo en la cara? —mi padre mencionó.

—O tu cabello —Randy añadió.

—Cállate —susurré—. No voy a ir a esa escuela o a cualquier otra escuela aquí en Silent Mound. ¿No podemos simplemente volver a nuestra casa real y olvidarnos de este lugar?

—Como te dije Lucy, no podemos regresar hasta que la casa que está quemada esté lista y el criminal sea atrapado. —Mi padre suspiró—. Tengo el presentimiento de que la policía sigue buscando a quien quemó la casa.

—Lo que me recuerda...—agregó mamá, su voz lo suficientemente alta como para venir de la cocina—, tenemos que irnos, la policía dijo que encontraron pistas sobre el criminal, y también quieren hablar con nosotros.

Esto hizo que mis palmas se pusieran frías y sudorosas. La policía sigue buscando a quien quemó la casa, lo que significa que todavía están buscándome a mí. Lo que es peor, encontraron pistas.

—¿Estás bien, nena, pareces pálida? —Randy habló, con un toque de diversión.

—N-Nada, creo que necesito retirarme, o las medicinas que bebí esta mañana no curarán este glaucoma —divagué, maldiciéndome a mí misma por sonar nerviosa.

Hex [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora