Capitulo 08.

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—¡Ruby! ¡No puedo creer que estés aquí, parada frente a mí! —Grite de alegría. Ella rió y sonrió, mostrándome sus dientes blanco perla.

—Yo también, Lucy. En el momento en el que me entere que dejaste la ciudad con tu madre, tenía que encontrarte y verte.

Fruncí mis cejas.

—¿Tu sabias donde estaba? ¿Quién te lo dijo? —pregunté, confundida sobre quien sabe donde nos encontramos mi madre y yo actualmente. Papa no sabe, eso por seguro. Entonces, ¿quién?

Nos quedamos en un total silencio, papa estaba durmiendo en ese momento, y nos aseguramos de mantener nuestro destino en secreto.

—Bien, fue Randy quien me dijo, el vio cuando se iban. Y él dijo que te escucho a ti y a tu madre sobre mudarse aquí —ella respondió.

Mi corazón comenzó a latir rápido cuando ella menciono el nombre de mi novio.

—¿El nos escuchó? —pregunte, y ella rodó sus ojos.

—¡Duh! ¿Tengo que repetirlo otra vez?

Me reí de su afirmación.

—No, no tienes que hacerlo —dije. Ella miro hacia alrededor.

—Así que, ¿dónde está tu nueva casa? Me encantaría verla. -Ella sonrió, y yo estaba gritando por dentro.

—Y me encantaría mostrártela, pero ¿podemos primero comprar algo para comer? Tengo mucha hambre. —Tal vez porque un demonio saboteo mi desayuno.

—Oh, por supuesto, ¡entremos! —Ella entro en su auto, yo la seguí. Le señale el camino hasta que llegamos al centro comercial. Ella aparco su coche, y ambas salimos.

Luego de argumentar sobre dónde comer, decidimos ir a Applebee's. Una vez que elegimos donde sentarnos, y ordenar nuestra comida, continuamos nuestra conversación.

—Así que, ¿por qué estás aquí? —ella pregunto, yo suspire.

—Mama y papa están peleados, tal vez se divorcien. —Ella jadeó.

—Oh, no me esperaba eso. Pensé que tus padres eran inseparables. —Rodé mis ojos.

—Sí, eso fue antes de que él decidiera engañarla, y no querernos más en su vida —respondí, y nuestra comida llego. Comimos unos pedazos y luego hablamos otra vez.

—¿Entonces qué? ¿Donde estudiaras?—ella pregunto, a lo que suspire.

—Mama y yo no hemos hablado de eso aun. Ella está en el supermercado ahora.

Terminamos nuestra comida, y nos paramos para irnos.

—No quiero volver a casa —comente mientras caminábamos por el centro comercial. Ella me miro con confusión.

—¿Por qué? —Ruby pregunto, y reí.

—No sabes lo que hay ahí.

—¿Grandes insectos?

—Peor.

Luego de unas vueltas y de que Ruby comprara algunas cosas, volvimos al auto y nos largamos.

—¿Puedo quedarme esta noche? Mañana regresare a casa —ella preguntó, y me di vuelta para mirarla con los ojos abiertos.

—No. Ya te lo dije —hable en un susurro.

—¿Por qué? ¡¿Qué hay en tu casa nueva que no quieres que yo vea?! —ella pregunto, absolutamente frustrada—. ¿Qué, Lucinda? ¿Un cuarto llenos de hombres strippers?

—No. ¡Por supuesto que no! —Mis mejillas se acaloraron ante su especulación, nunca soñaría con engañar a mi novio. El es muy bueno conmigo.

—¡¿Entonces que es, Lucy?! ¿Tu casa está llena de cucarachas?

—Un fantasma —admití, y ella frenó de golpe. Ella me miro como si yo estuviera demente, y comenzó a reír, lo que me sorprendió mucho.

¿Qué es tan gracioso?

—Lucy, no sé qué comiste hoy, ¿estás segura de que estaba bien tu orden? —Ella rió, y yo cruce mis brazos sobre mi pecho.

—Ruby, no estoy bromeando. ¡Es real! Hay un fantasma en mi casa.

—Oh, detente. Por favor Lucinda, no creo en mierda como esa —ella gruño, y luego escuchamos una risa, una risa maligna. Y ahora se que no es de Ruby.

¿No crees esa mierda? ¿Qué hay de mí? ¿Soy mierda para ti? —Trague saliva fuertemente, como si fuera una roca muy difícil de digerir. El estaba aquí.

¡¿Cómo?! ¿No estaba el estancado en la maldita vieja casa? ¿Por qué infiernos está él aquí?

Como te dije, Lucinda. No es solo la casa —el dijo, su voz peligrosamente baja—. También, poseo esta ciudad.

© waysidestyles | borntoharry    


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