Capitulo 10.

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Estaba siendo alimentada por mi madre, quien sostenía una cuchara, mientras que la enfermera estaba observando en la esquina

Habían pasado sólo un par de horas después de que él me dijo que yo era suya, antes de desaparecer nuevamente. No sé porque él había dicho aquello, desde que no me importa realmente lo que él diga, solo quería que él se fuera de la casa.

Hay algo realmente mal con ese chico, ¿fantasma o demonio? ¿le habrá pasado algo realmente trágico cuando murió que lo hizo lo que sea que es ahora?

Como había escuchado, un fantasma que no pasa a la siguiente vida está perturbado, o aún tienen asuntos pendientes aquí en la tierra. Pero, ¿por qué él? ¿Por qué él puede tocarme o incluso hablar conmigo? ¿Lastimarme? Incluso me pregunto, ¿es él, o soy yo?

—Mamá. —Ella volteó su vista a mí.

—¿Hmm? ¿Qué pasa, cariño? —ella pregunto, y dejé salir un suspiro.

—¿Donde está Ruby? —Su cara inmediatamente se palideció, y con esa pequeña acción, ella respondió mi pregunta. Primero, no sentí nada, como si estuviera adormecida. El mundo parecía ir lentamente, hasta que me golpeó.

Mi mejor amiga está muerta.

Y la peor parte de todo, es que es mi culpa.

Fue ahí cuando me rompí, lagrimas derramándose por mi rostro, dejando mi vista borrosa. Antes de darme cuenta, el plato de papilla que mi madre tenía entre sus manos dio fuertemente contra el suelo, los cables conectados a mis brazos de desconectaron, dejando mi piel.

Estaba gritando con el máximo poder de mi voz. Ni siquiera sabía las palabras que estaba diciendo. Mi madre estaba llorando, como las enfermeras estaban llamando a más enfermeras para ayudarlas con la histérica chica llorando en su cama, por la muerte de su mejor amiga.

—¡Es mi culpa! ¡No debí haberla arrastrado a este desastre! ¡Ella debería estar viva ahora! ¡Ella no debía morir! —grité, y más enfermeras entraron, pude fijar a una enfermera con una botella y una aguja.

Ellas me iban a poner a dormir, y no quería. ¿Pero qué podía hacer? Soy solo una paciente, ellas debían de pensar que tengo algún problema mental. Se lo debo todo a él. Volverme demente. Tan solo han sido un par de días, y algo como esto pasa.

—Bebe...—Mi madre lloraba, al instante que unas enfermeras tomaron mi brazo, mientras trataba de soltarme.

—¡Es mi culpa, mamá! ¡Ruby no debió haber muerto, yo debí! —grité, y sentí algo insertarse en mi piel, mientras lloraba de dolor.

—¡No digas cosas como esa Lucinda! —mi madre me gritó entre sollozos, tratando de no hacerlo realmente. Yo incluso no me merezco su pena. O la pena de quien sea. Merezco morir, para con mucho gusto estar con mi mejor amiga. Si tan solo pudiera volver el tiempo atrás, tranquilamente moriría en lugar de Ruby.

El mundo pareció detenerse, yendo lentamente ya que la medicina tomaba lugar en mí. La voz de mi madre se volvió un eco, y la luz apagándose poco a poco. Y antes de que lo supiera, caí en un mundo de oscuridad, donde prevalecía el sueño.

[...]

Sentí algo frio siendo pasado por mi mejilla, un helado viento penetrando mi nuca.

Lucinda... Despiértate, ¿o quieres que te despierte a mi manera? —Mis ojos se abrieron lentamente y mis ojos azul océano se encontraron con aquellos negros.

Dejé salir un jadeo y me senté, sostuve mi brazo y miré el pequeño vendaje. Un gemido salió de mis labios cuando recordé todo lo que había pasado.

¿Es difícil acordarse de lo que pasó? —el preguntó enseguida, y mis ojos volvieron a encontrarse con los suyos. Mi enojo creció lentamente, el ladeó su cabeza en un tono interrogativo— ¿Qué pasa, Lucinda? —el cuestionó, y antes de darme cuenta mi puño buscó su cara.

—¡Tú! ¡¿Cómo te atreves a dar la cara?! —grité y perdí mi puño en su cara, aunque él esquivó con éxito mi creciente furia; tomó mis manos y su semblante cambio a uno enojado.

No. Y me refiero a que no trates de pegarme, Lucinda —el gruñó, tan solo miré sus oscuros ojos, los cuales parecían esconder muchos secretos tras de sí.

—No trates de decirme qué hacer, porque siquiera te conozco —dije, haciendo que el frunza su nariz. Tan solo hice una mueca a sus acciones—. Y ni siquiera soy tuya como para que me digas qué debería hacer y qué debería no hacer.

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Hex [h.s]Where stories live. Discover now