Capítulo 3. ANGELA MAREL

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Mis planes para asistir a la escuela este día son exactamente los mismos que toda la semana, odio con todas mis fuerzas tener que levantarme temprano, así que apenas escucho mi alarma sonar mi brazo se extiende y doy un golpe sobre mi buro.

Que pendeja, si es la alarma de mi celular.

¿Por qué siempre me siento dentro de una típica película de amor? Creyendo que tengo un reloj que apago de golpe.

Abro uno solo de mis ojos para deslizar el dedo sobre mi celular y así apagar mi alarma, pero apenas vuelvo a poner la cabeza sobre la almohada mi puerta se abre de golpe.

__ ¡Angela! __ es la voz de mi mamá seguido de la desaparición brusca de mi cobija sobre mi hermoso y escultural cuerpo __ ¡Son las 7 de la mañana! ¡¿Qué haces aún dormida?! Prepárate y baja a desayunar.

Seguido de eso mi mamá abandona la habitación y no puedo evitar patalear bruscamente en mi cama con frustración. ¡Solo quería 5 minutos más!

Ya no tiene sentido dormir de nuevo, mamá ya me ha espantado todo el sueño, aparte de que ni volviendo a dormir podría recuperar ese hermoso sueño que estaba teniendo donde flotaba sobre una dona de chocolate, en un río de leche con una Katy Perry gigante en las montañas de malvaviscos cantando California Gurls.

Escuela.

Escuela, Escuela, escuela.

Todos los días a la misma hora, interrumpiendo mis sueños hermosos.

Ya en el salón de clases es que me doy cuenta que nadie más que yo y tres tipos estúpidos han llegado, ni siquiera la excesivamente puntual Valentina ha cruzado esa puerta.

Estoy a punto de ponerme los audífonos cuando siento el olor más delicioso del planeta inundar mis fosas nasales.

Mierda, porque me encanta tanto como huele.

__ ¿Soy yo o tu cada día despiertas más hermosa?

__ Oh, mierda, es mi culpa, cada día soy mejor que el anterior.

Tony sonríe ante mi respuesta y deposita un beso en mi mejilla para posteriormente sentarse a mi lado, lo cual agradezco, ese maldito olor suyo tan bueno aveces me pone a temblar de lo rico que se siente. Quisiera meter la nariz en su cuello e inhalar su aroma.

__ Me encanta ese ego tuyo __ de pronto su nariz rosa contra la mía, es una costumbre que tiene y que me encanta, rosa mi nariz y queda tan cerca de mí que suspiro profundo atrapando lo más que puedo de su delicioso aroma, creo que conoce bien mi obsesión por su aroma porque parece ser quien se esfuerza por quedar muy pegada a mi.

Bueno, sí, me amo y me encanto, de eso no hay duda. No soy la típica chica inteligente, tímida, callada, que no le gusta el rosa y que tiene mil inseguridades, que es linda y no se da cuenta, que viste mal y por eso los demás creen que no es linda. Definitivamente yo no paso desapercibida.

Se quien soy, lo que tengo, lo que valgo y lo increíblemente bien que me veo delante un espejo, no me considero extrovertida pero definitivamente no soy introvertida tampoco.

__ No te vi ayer __ le digo en cuanto nuestros rostros se alejan, ella que está sentada en la silla de mi lado pasa uno de sus brazos alrededor de mi cintura, no me quejo, jamás lo hago, jamas lo haría.

Me encanta esto, nuestro coqueteo, cómo vamos conociéndonos, nuestro ritmo, el cómo se que va sobre mí, pero también el cómo respeta mis tiempos y mis limites, ella sabe bien que es la primera chica que me gusta, y que si bien no me preocupa en lo más mínimo lo que opinen los demás de si soy gay o no, lo único que me limita un poco es mi inexperiencia.

Entendido, profesora. TERMINADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora