Capítulo nueve

142 18 50
                                    

VÍCTOR

Esto no va a salir bien. Nada bien. Es más, va a ser un absoluto caos y dudo que salgamos vivos. Y si con suerte lo hacemos, será cuestión de tiempo que la policía nos arreste. Todos están locos. Yo incluido.

Vamos a ver, ¿por qué narices he hecho un trato que no voy a poder realizar con la loca esa del pelo azul? Ni yo lo sé. Simplemente me cabreó la discusión entre Hyde y mi protectora, y no pude evitar intervenir. El enfado me hizo parecer seguro de mí mismo, y por culpa de ello estoy en un lío. Bueno, con este ya van varios. Estoy empezando a pensar que he vivido engañado todo el tiempo y en realidad adoro los problemas, porque no encuentro otra explicación.

Thalia tenía razón. Solo soy un humano indefenso y no sirvo para nada. Quería creer que no era así y demostrárselo. Y por culpa de ello ahora estoy en un coche, apretujado y aterrado, de camino a enfrentar a una panda de demonios.

Siempre podría tener la opción de mantenerme alejado y dejar trabajar a la gente con poderes y que sabe pelear. Pero no. Porque yo puedo verlos. Y según Evan, eso me hace necesario. Aunque ahora que lo pienso, la rubia también es capaz de verlos, así que en realidad yo no hago tanta falta. No sé por qué el pelirrojo ha dicho eso.

— Cálmate — me susurra Tigre, haciendo que dé un bote por la sorpresa —. Podría oler tu miedo a kilómetros. Todo saldrá bien. Somos profesionales.

— Ya, claro — murmuro, con ligero sarcasmo.

Ella sonríe, divertida. Esperaba otro tipo de reacción, pero me alegra que al menos ella sea capaz de tomarse toda esta situación con humor.

— Sé la impresión que damos — dice, comprensiva —. Pero te lo aseguro, estás en buenas manos. No sé qué te habrá dicho Thalia, pero somos buena gente, a pesar de ser unos completos desastres.

Su sinceridad hace que en mis labios aparezca una pequeña sonrisa. No entiendo cómo lo hace, mas de verdad está consiguiendo que me relaje.

— Bueno, yo también soy un poco desastre — admito.

— Entonces nos complementaremos bien. Probablemente crearemos un caos digno de ver, pero al menos será divertido.

— Si tú lo dices.

La joven me da un pequeño empujón con el hombro y mi sonrisa se amplía.

Tigre al principio me asustaba un poco. Al fin y al cabo, vi su transformación en lobo. Y sus ojos amarillos intimidan sobremanera. Por no hablar del tema de la sangre, pero en realidad es agradable. Y ha sido muy amable por su parte el intentar reconfortarme.

Puede que Thalia se equivoque, y estos chicos no sean tan malos.

— Creo que hemos llegado — comenta Evan, quitándose el cinturón.

Echo un vistazo al exterior y mi rostro se desencaja. Hay un enorme cráter en medio de la carretera y sale humo de varios edificios, haciéndome suponer que están en llamas. La gente grita y huye despavorida, puesto que están siendo atacados por unos enormes monstruos rojos que escupen fuego. Los policías apuntan con las pistolas y disparan a diestro y siniestro, ya que ellos no son capaces de ver al enemigo. Observo con horror como uno de ellos es golpeado y es lanzado a varios metros de distancia, cayendo al suelo, inerte.

— Joder — farfulla Harley —. Esto va a ser más complicado de lo que pensaba. Víctor, ¿cuántos hay?

— Tres — respondo con un hilo de voz —. Miden unos cinco metros y escupen fuego.

DarknessWhere stories live. Discover now