Capítulo dieciocho

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THALIA

—A ver si lo he entendido bien, ¿me estás diciendo que Víctor estuvo en un psiquiátrico y que de alguna forma le sacaron de allí para llevarle a una guarida de ángeles en la que experimentaron con él y le inyectaron su ADN? —pregunta Evan mientras conduce hacia el lugar que le he indicado y me mira por el espejo retrovisor.

Yo me revuelvo nerviosa por enésima vez, jugueteo con mis manos y evito por todos los medios posibles mirar a mi protegido, que está en el asiento del copiloto y no ha dicho nada desde que abandonamos apresuradamente la pista de patinaje. No sé cómo se está tomando todo esto porque su rostro se ha vuelto impenetrable, y yo, como siempre, estoy de lo más preocupada por él.

—Eso creo —respondo vacilante. Es solo una teoría que de verdad espero que no sea cierta.

El pelirrojo suspira con cansancio y noto la tensión que cargan sus hombros. Parece no haber estado llevando un buen día y supongo que las nuevas noticias no ayudan lo más mínimo. Además, sé lo mucho que le importa Víctor y teme por él tanto como yo. Me tranquiliza saber que hay más gente preocupada por él y que no soy la única a su lado. Necesita todo el apoyo del mundo. Ahora y siempre.

El silencio se asienta entre nosotros y quiero romperlo para preguntarle a Víctor si está bien. Tengo claro que no es así pero quiero oírselo decir. Me gustaría que se abriera conmigo como ha hecho innumerables veces. Sin embargo, es como si se hubiera relegado en su interior y hubiera levantado una fuerte barrera a su alrededor. Nada parece afectarle y no voy a negar lo angustiada que me tiene una actitud tan extraña y cerrada.

Empiezo a pensar que quizá no haya sido bueno ir a ver a Stewart. Sé de sobra que mi protegido ansía respuestas y se las merece. Es lo más justo. Llevo ocultándole cosas importantes sobre sí mismo demasiado tiempo. Y noto que agradece que vaya a llevarle con la persona que creo que más sabe acerca del tema. La cuestión es que no tengo ni idea de lo que va a decirle. Quizá Víctor piense que quiere la verdad pero no está preparado para oírla. Puede que ya tengamos más o menos claro la extraña mezcla de criaturas que forman su persona, mas me da la sensación de que eso es solo la punta del iceberg.

Echo un vistazo por la ventana para distraerme un poco. Mis ojos se topan con una extensa e interminable masa de árboles y más árboles, que no dejan discernir si hay algo más allá. Estamos a las afueras de la pequeña ciudad y supongo que descubrir que eso que los humanos denominan "ángeles" viven en medio de un bosque es algo chocante. Evan todavía parece un poco impactado, a pesar de que ya hace más de cuarenta minutos que se lo he explicado. Entiendo que sea increíble de creer, incluso para un joven con poderes que ha debido de ver y vivir de todo.

Intento no darle muchas vueltas a cómo va a ser el encuentro con Stewart. Hace casi cincuenta años que no sé nada de él ni de los suyos. Tampoco es que sean muchos. Su raza no es una muy común, como puede confirmar el hecho de que ningún demonio conoce de su existencia, a excepción del Consejo. A veces tener una hermana metida en el grupo de gente más poderosa en Hydria tiene sus ventajas.

Debo admitir que no me gustan nada y desconfío de ellos incluso más de lo que desconfío de Hyde, que ya es decir mucho. Porque sí, puede que ese idiota forme parte de mi nueva familia pero eso no significa volverme una ingenua. Conozco demasiado bien su historia y sé que no es muy de fiar. La diferencia entre él y estos seres es sencilla. Stewart y los suyos pueden destruir el mundo de los demonios, el mundo de los humanos y cualquier otro planeta a su alcance con tan solo un movimiento de muñeca. Suena un poco fuerte, lo sé. Pero es cierto. Y teniendo en cuenta lo poderoso que es Víctor que resulte estar emparentado con ellos comienza a resultar un poco menos descabellado.

DarknessWhere stories live. Discover now