Capítulo diecinueve

90 7 29
                                    

VÍCTOR

Hace un rato que la policía nos ha dejado tranquilos después de que nuestras respuestas a sus insistentes preguntas no les hayan hecho sacar nada en claro. Pude ver sus miradas desconfiadas y sé que de alguna forma nos culpan por lo ocurrido. No se fían de nosotros y supongo que hacen bien. Técnicamente, sí que somos un poco responsables del incendio. O al menos, yo lo soy. Llevo siendo un problema desde el principio y no puedo evitar sentirme mal al respecto. Thalia me ha dicho mil veces que no tengo nada que ver y que los auténticos culpables son los que forman el Consejo. Quiero creerla, de verdad que sí. Pero es difícil hacerlo cuando veo lo destrozados que están Hyde y el resto. Me quieren a mí, y sin embargo, ha sido su hogar el que ha sido reducido a cenizas.

Noto algo sobre mi mano y levanto la mirada de mi regazo para encontrarme con que mi protectora a entrelazado sus dedos con los míos y me está dando un suave apretón en señal de apoyo. Yo se lo devuelvo y consigo enviarle una sonrisa, a pesar de que es débil.

El momento he llegado. Tenemos que ir a Hydria y hacer frente a los demonios de una vez por todas. El plan es claro y solo disponemos de una oportunidad. Si esto no funciona, estamos acabados. Y si yo pudiera controlar mis poderes quizá las posibilidades de salir victoriosos podrían aumentar, mas no es así. Lo único que puedo hacer es esperar que todo vaya bien.

Deberíamos ponernos ya en marcha. Levantarnos de la fría hierba y atravesar el pozo. Sé que mi novia está esperando a que yo esté preparado y aprecio su amabilidad, pero no sé si voy a ser capaz. Durante este mes me he enfrentado a todo tipo de horrores. He sido valiente y he salido ganando. Pero, ¿a qué precio? No tengo ni idea de lo que me espera y algo me dice que todo esto no va a ser tan sencillo. Estamos hablando de una guerra. No una convencional, mas sigue siendo una guerra después de todo.

—Yo también tengo miedo, ¿sabes? —murmura Thalia de repente, mirándome a los ojos con firmeza y cariño al mismo tiempo.

—¿De verdad? —susurro, sin poder ocultar mi sorpresa.

—Pues claro. Estoy aterrada. Soy fuerte pero eso no quita que vayamos a enfrentarnos a los demonios más poderosos de toda Hydria. Y si fuera yo la única que está arriesgando su vida no sería tan malo. Pero estoy poniendo en riego las vidas de mi familia.

—¿Familia?

—Sí. Tú, Hyde y el resto sois mi familia. Creo que lleváis siéndolo desde hace tiempo, pero me ha costado lo mío darme cuenta —ella suelta una pequeña risa y noto como una sensación cálida se extiende por mi pecho. De repente, no me siento tan mal—. La clave está en no dejar que el miedo te controle. Tengo fe en el plan. Al fin y al cabo, no me queda otra.

—¿Cómo haces para ser tan confiada? —la pregunta se me escapa antes de poder contenerla. No quiero que se dé cuenta de lo nervioso que estoy en realidad, a pesar de que creo que ya lo sabe.

—Estás a mi lado. Eso es suficiente para hacerme sentir mejor —está sonriendo como nunca antes y cada vez estoy más convencido de que es la cosa más preciosa que he visto nunca.

Me inclino suavemente y sus labios no tardan en encontrar los míos. El beso es corto y delicado, mas no necesito más para hacer acopio de todas mis fuerzas y ponerme en pie. Ella no tarda en seguirme y pronto estamos deslizándonos juntos por el pozo, sin separar nuestras manos en ningún momento.

Como siempre, aparecemos sentados al borde de la enorme fuente de Hydria. No tardo en darme cuenta de que algo va mal, y la postura tensa que adopta Thalia no hace más que alarmarme más.

DarknessWhere stories live. Discover now