Capítulo 3

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¿Jason Trace era mi compañero de biología? Mierda, ojalá no sea demasiado el tiempo que tengamos que estar juntos. 

–Bueno, –comenzó Zavattaro –los orales los darán depende del número que tengan. Ya saben que solo tenemos juntos los martes, así que el próximo darán los números 1, 2 y 3. El otro martes darán 4, 5 y 6. El otro, 7, 8, 9 y así sucesivamente. Tardará probablemente dos meses, pero a cada uno les asignaré un tema distinto así aprenden de los demás. En caso de que una persona no termine de dar su oral su día asignado, lo dará la clase que viene. ¿Entendido? Los temas serán: el grupo 1, – Una fiaca de dar clases tenía Zavattaro. La verdad es que no le presté tanta atención a los temas de los demás, pero al mío sí: teníamos que hacer niveles de organización–. Ahora, vayan con sus parejas y organícense. Tenemos solo 40 minutos porque los próximos 40 tendremos una reunión. ¡Vamos, vamos, vamos! –terminó mientras aplaudía. 

Indirectamente, grité: ¿Alguno tiene el número 6?  Y fue cuando Jason devolvió la mirada. Me miró horrorizado, como si tuviera  una araña gigante caminando por mi cabeza. Para darles una mejor idea de cómo es Jason, imagínenselo así: ojos marrones, casi achinados, pelo rubio oscuro, sonrisa perfecta y unos bíceps que parecían de porcelana. Sin mencionar su piel tostada. Básicamente, un tincho.

Jason con la menor gana posible se acercó con sus cosas hacia mi banco. Las tiró sobre él, y me miró como diciéndome que le diga qué hacer. 

–Trace, tenemos dos semanas para esto. ¿Qué días tenés libre?

–Ah, em, los martes y jueves tengo boxeo, así que no puedo. Lunes y miércoles sí –ah, bueno, con razón tenía esos brazos. 

–Está bien, entonces viernes y fines de semanas no, ¿no?

–Esa es una pregunta pelotuda. Obvio que no; si alguien me ve con vos un fin de semana o sabe que estoy estudiando mi reputación caería a la velocidad de la luz –qué simpático. 

 –Si vos decís... bueno, em, ¿empezamos esta semana? El único día disponible que tenés es mañana, ya que hoy y el jueves tenés boxeo y el viernes estás muy ocupado con que tus amigos no te vean conmigo.

–Mañana será. Voy a tu casa.

–De hecho, la están fumigan...

–No me interesa. Mañana, en tu casa a la salida del colegio. ¿Sí?

–Bien –más pilla no se encuentra.

Estar bajo el control de Jason no era un buen estilo de vida, especialmente si sos tan estúpida como yo que le tenés ganas. En realidad, mi casa no estaba siendo fumigada, solo no quería que viniera. Seguro va a sacar algo para aprovecharse de mí, y no quiero eso. En fin, tenía una personalidad endeble frente a él.

Después de mi largo día de escuela, llegué a mi casa y me tiré a ver televisión. Mi mamá me recibió con una sonrisa, nuevamente. Le dije que Jason vendría mañana por la tarde a estudiar para biología porque estaba en un grupo con él. 

–¡¿Jason Trace?! ¿El mismísimo Jason Trace que le dio tu almuerzo a las palomas en segundo grado? 

–Uf, mamá, sí, pero ya no es así. Además, no puedo ir a su casa, está... está siendo fumigada –qué pelotuda –. Voy a estar bien, mamá, posta. Solo vamos a estudiar, no es nada grave. 

–Bueno, confío en vos, eh. ¿Querés algo para comer?

–No, gracias; estoy bien.

La verdad es que no estaba para nada bien. Estaba nerviosa porque Jason iba a venir a mi casa al día siguiente, seríamos solo nosotros dos. Lo bueno era que no me iba a tratar mal para hacerse el capito frente a nadie, o eso esperaba. 

Within Hate (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora