13. Obra de Arte

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Ambas chicas se separaron de ese hermoso beso con delicadeza, ambas recargando sus frentes contra la otra, una sonrisa boba se formó en la cara de Becky al igual que la de Freen.

—¿Q-Quieres pasar?—. Pregunto Freen, separándose un poco más de Becky, perdiéndose en el mar de café que eran los bellos y brillosos ojos de la rubia.

Una radiantes sonrisa se formó en la hermosa cara de la chica, que asintió con algo de nervios. Qué raro, ella casi nunca se ponía nerviosa, pero Freen Sarocha tenía muchas sorpresas.

—Me encantaría—. Contestó Becky en un tono nervioso, algo que hizo sonrojar ligeramente a la más baja, era lindo ver a Becky así, nerviosa y tímida.

Cuando Freen estaba a punto de caminar entrando al pequeño trailer del lado sur del pueblo. La rubia perdió el equilibrio, ese beso la había hecho olvidar de aquel dolor desgarrador que sentía en su pierna, por la caída que sufrió recientemente.

Un fuerte "Auch" salió de sus labios, esto provocando que la Freen volteara a verla, evitando que la chica cayese, ayudándole a mantenerse de pie, mientras sostenía su mano con delicadeza, dando pequeños apretones para hacer sentir mejor a la rubia.

Después de que ambas chicas entraran al trailer de la más baja, estas entrando a la habitación de Freen, ya que estarían más cómodas allí. Freen ayudó a Becky a sentarse en la cama, la rubia suspirando de alivio al ya no sentir tanto dolor en la pierna.

—Lo siento, es mi culpa que te hayas lastimado, si no hubiera huido, soy una tonta—. Suspiro Freen mientras comenzaba a jugar con las mangas de su suéter, como siempre lo hacía cuando estaba nerviosa o triste.

Becky tomó su mano rápidamente, haciendo que la Freen la viera, mientras que con su otra mano acariciaba levemente sus mejillas y acomodaba sus lentes que se iban a caer.

—Está bien, supongo que me lo merezco después de cómo te trate, digo fui una idiota contigo, no entiendo como todavía quieres hablar conmigo, después de todo el daño que te hice, conejita—. Hablo con arrepentimiento, mirando tristemente a Freen.

—¿conejita?—. Pregunto Freen, ignorando el comentario de Becky, no quería ver más triste a la rubia, después de todo tenían mucho que hablar.

—Es un apodo que siempre te he llamado así en mi cabeza, es lindo como tus dientes, Freen la perdedora ya no se me hace tan divertido, ¿sabes?—. Contestó Becky recordando aquel apodo que le habían puesto a la chica de lentes, ella no era una perdedora, Becky lo era.

—Supongo...—. Freen miró al rededor soltando la mano de la rubia, una mirada triste en su rostro, aun así no se creía capaz de que Becky la amara.

La rubia al notar su tristeza y como la había cagado nuevamente, se acercó más a la chica tomando el rostro de la chica entre sus manos con delicadeza.

—Escucha, tienes una gran persona en el interior, eres capaz y amorosa, eres amable y eres inteligente, tienes pasión en tus ojos y belleza en tu sonrisa, eres una obra de arte, Chankimha—. Finalizó la chica antes de besar a la chica con dulzura en sus labios, esos labios que eran tan dulces y tan adictivos.

Los ojos de Freen se humedecieron, quería llorar, pero no de tristeza, de felicidad, se sentía feliz, se sentía amada...

No había sentido eso, desde hace mucho y la forma en la que Becky lo decía, mirándola como si fuera una obra de arte, la hacía sentir amada. La rubia al separarse de ella rápidamente la envolvió en sus brazos dejando que la chica llorara un poco, en su hombro. No sabía por qué lloraba, pero ella solo quería que Freen se sintiera bien.

Cuando Freen se apartó de ella, Becky entrelazó sus manos con los de la chica, besando sus mejillas donde caían algunas lágrimas con delicadeza.

—Freen, yo, enserio me disculpo, yo era, estaba confundida por lo que sentía, porque tú me hacías sentir diferente, incluso antes de saber que tú eras la chica de los mensajes, me gustabas y yo quería desaparecer esos sentimientos que tenía, tengo por ti—. Se disculpó nuevamente Becky, mientras aún abrazaba a la chica que había hecho confundir a su corazón miles de veces.

—Está bien, Bec. Lo que importa es que estamos juntas ahora—. Exclamó Freen mientras se acurrucaba en el pecho de la rubia, Becky dando un beso en su cabello.

—¿Quieres ser mi novia, Sarocha Chankimha? ¿Harías el honor de hacer que esta tonta ya no haga tonterías con tu amor y tú afecto?—. Becky se arrodilló como pudo, aguantando el dolor en su pierna, aguantaría todo por esta chica de eso estaba segura.

Freen sonrió tiernamente antes contestar.

—¡Si! Me encantaría, Bec—. Freen beso a la rubia nuevamente en los labios, los labios de Becky eran tan suaves y besables, como siempre lo imagino, con un dulce sabor a cereza.

Después de eso, las chicas se la pasaron toda la tarde acostadas en la cama de la más baja, dándose mimos, mientras Freen se acurrucaba en el pecho de Becky y la rubia le daba besitos en la cabeza y la envolvía entre sus brazos, ambas chicas se quedaron dormidas en los brazos de la otra disfrutando su dulce y tierno romance.

Secret | FreenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora