24. Y en otra vida, yo sería tu chica

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—¿Quién de aquí es Sarocha Chankimha?

Pregunto Saint con un uniforme de doctor, el chico había desaparecido hace unos minutos, otra "enfermera" muy alta apareció a su lado.

Freen no tardo en levantarse de su asiento, el anuncio de que Becky estaba viva, había sido anunciado hace una hora, aun así, ella no se iba a ir hasta que la viera. La chica se paró confundida tragando en seco al ver la mirada de Elizabeth Armstrong sobre ella.

—¿Saint?

Pregunto Freen, mientras se acercaba al chico cruzándose de brazos.

—¿¡Como te atreves!? Soy el doctor Sattabut y esta es mi enfermera...

El chico que claramente era Saint, espero a que su "compañera" contestara, está reaccionado rápidamente.

—Tu novia te está esperando en la habitación 598, por el pasillo, es la segunda.

Hablo al inicio la enfermera con un tono muy grave, aclarándose la voz rápidamente, Freen comenzó a reí

—¡Que te pasa!

Grito el más alto con furia, aclarándose su voz, al ver que toda la sala de espera lo veía, dando una pequeña sonrisa debajo de su cubrebocas y batiendo sus pestañas.

—Digo, doctor Sattabut que galán.

Hablo el chico con un tono dulce, mientras todos volvían a sus asuntos. Freen rodando los ojos con una sonrisa en el rostro.

—Nadie les va creer eso. Y Jordan, ¿Qué haces aquí? Ni siquiera somos amigos.

Saint la interrumpió.

—Yo lo llame, cállate ya y ve a ver a Becky, hicimos esto para que el doctor no llamara a los padres de Becky primero, no queremos que muera.

—Bueno, gracias, supongo, aunque creo que todos notaron que Jordan no es enfermera, solo un idiota se lo creería. Pero gracias.

Hablo Freen, está caminado hacia el pasillo para ver a su novia. Verónica acercándose al oído de Irin para susurrarle algo.

—¿Quién es la enfermera guapa que habla como hombre?

***

—¿Conejita?

Pregunto la rubia, una sonrisa en su candado rostro, éste por la cirugía y la falta de sueño. Freen no puedo evitar lanzarles a los brazos de su chica, Becky recibiéndola con un abrazo con la máxima fuerza que podía.

—Te extrañe tanto, pensé que te perdería, amor.

Exclamó Freen, lágrimas escurriendo por sus ojos, Becky no dudó en levantar con cuidado la cabeza de su novia, limpiando las lágrimas que escurrían por las mejillas de la chica con su pulgar.

—Eso no importa ahora, Freen, estoy contigo amor, te amo y no podría dejarte, eres la persona más importante en mi vida.

—Y tú en la mía, Bec.

Después de decir esas cortas pero hermosas palabras, ambas chicas se unieron en un tierno beso que fue interrumpido, mientras Becky jalaba con suavidad el labio de Freen mordiéndolo ligeramente.

Ambas chicas se separaron instantáneamente, aceleradas, al ver quienes entrenan por la puerta. Becky con las pocas fuerzas que tenía agarró a Freen y la pegó hacia ella, tratando de protegerla con sus débiles brazos, por los cuales recorría suero a través de ellos, por la reciente operación.

Sus padres.

—¡Becky Armstrong! Sepárate de esa basura ahora.

Demandó su madre, entrando por la puerta, echando humos, una mirada de furia en su rostro, su esposo siguiéndola por detrás y Jirakit encogido de hombros detrás de ellos con nervios y tristeza en su rostro.

Becky miró furiosa a su madre, apretando sus dientes de la ira. Ya no dejaría que sus padres la controlen, no más.

—¡No! Vete tú bruja y no le vuelas a decir basura, la única basura aquí es tú y papá.

Grito la chica con furia, pegando más a la chica a su cuerpo si eso era posible, apretando un poco su agarre.

—¡Becky, no le vuelvas a levantar la voz a tu madre!

Hablo Joseph, señalando a la chica enfurecido. La rubia nunca había visto a sus padres regañarla de esa manera, nunca lo hacían, solo con Jirakit, siempre era Jirakit con el que se enojaban, no con ella. Pero ahora sentía como si su padre quisiera apuntar una pistola a su cabeza.

—¡No! ¡Estoy harta de que controlen todo lo que hago! ¡Siempre fui la hija perfecta para ustedes, la gemela perfecta, la animadora perfecta, joder, ni siquiera me gustaba animar! Solo lo hacía para verlos felices, estaba con los chicos que pedían, la gente que pedían, hice todo por ustedes.

La rubia hablo con desesperación y tristeza en los ojos, lágrimas asomándose por derramarse por las hermosas mejillas de la chica, tomando una pequeña pausa, Freen mirándola preocupada.

—Así que, ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué!? No me dejan ser feliz por una vez en la vida, yo solo quiero estar con mi novia y ser feliz, ella me hace feliz, antes de Freen era una horrible persona. Pero ella me hizo cambiar y trato de ser mejor, quiero ser mejor para ella.

Joseph sostuvo a Elizabeth de los hombros que parecía que quería abalanzarse sobre Becky para darle un golpe, aun así Freen se puso frente a la chica, protegiéndola en cualquier caso. Joseph suspiro mirando a la chica con desaprobación.

—En que te has convertido. Que decepción, sin embargo, nada de esto es tu culpa cariño, nosotros fuimos muy permisibles contigo, pero eso se acabó, Becky Armstrong, en cuanto salgas de aquí, te enviaremos a otra escuela, así que disfruta el poco tiempo que te queda con tu... amiga.

Finalizó Joseph, llevándose a su esposa que seguía enojada, éste deteniéndose enfrente de Jirakit, mirándolo de la misma manera que Becky.

—A ti igual te cambiaremos de escuela, Jirakit, pero no irás con Becky, eres mala influencia para tu hermana, pero también estarás mejor.

Jirakit suspiro algo preocupado, encogiéndose de hombros y mirando a las dos chicas desde la puerta de la habitación.

—Las dejare solas para que puedan hablar.

Hablo el chico retirándose del lugar, éste dejando a las dos chicas solas.

— Y en otra vida, yo sería tu chica,

Exclamó Freen acariciando el rostro de su novia con suavidad. Becky acariciando el brazo de Freen con cuidado, lágrimas amenazando por salir de los hermosos ojos de ambas. Recuerdos invadiendo sus mentes de todos los momentos que pasaron juntas invadiéndolas.

—Mantendríamos nuestras promesas, seremos nosotras contra el mundo.

Hablo la rubia dejando caer las lágrimas por sus rosadas mejillas, mientras sollozos escapaban de sus labios. Ambas sabían que no podían hacer nada contra Joseph, al menos no por ahora.

Freen no dudó en besar los labios de su chica.

Un beso dulce y romántico, un beso apasionado y amoroso, un beso adictivo y encantador, un beso que las palabras no podían describir, un beso de amor verdadero.

Un beso de amor verdadero...

Secret | FreenbeckyWhere stories live. Discover now