Capitulo 11

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Son la 3:02 am , estoy muy cansado, Molly va a mi lado, vamos en el asiento trasero del taxi. En el camino ninguno de los dos dice algo. Hasta que Molly decide romper el silencio.

—¿Puedo saber que... paso entre tu y Álex?-—su voz suena preocupada. Esta preocupada por mi.—Se escuchaban muchos gritos y...—suelta un largo suspiro.

—Álex...Álex... me besó.— digo con desánimo. Molly pone cara de sorprendida.

—¿Que? ¿Como fue eso?...

—¡Molly no quiero hablar de eso okay!— le grito, Molly solo alza sus hombros y se voltea a la ventana. Una lágrima resbala por mi mejilla.

El silencio vuelve.

Al llegar a mi casa. Introduzco la llave por la cerradura y le doy vuelta... Trato de no hacer ruido para que mi madre no se despierte. Si se llega a enterar que me escape. Me mata. Y si eso no es lo peor... no me dejaría ir a Londres.

Llego a mi cama. Me quito la chaqueta, ya no me pongo pijama estoy exashusto. Me acuesto y solo pienso en eso. En el beso que Álex me dio. Empiezo a llorar estoy furioso, con Álex por haber entrado a mi vida. Maldito sea el día en que lo conocí. Maldito sea Álex por haber despertado sentimientos en mi. Odio a Álex. Me odio a mi mismo por haberle gritado a Álex. Desearía tenerlo a mi lado. Pero al final lo reconozco. Lo tengo que reconocer. Yo amo a Álex.



Es el día del examen. Me duele la cabeza, pero no se si es por el alcohol que bebí o por haberme pasado toda la madrugada llorando. Llego a la escuela donde tengo que hacer el examen, es mas grande que la secundaria, estoy sudando de las manos.

Al entrar al salón ,puedo ver que Molly ya esta sentada en su lugar con una gran sonrisa. Como era de esperarse los chicos no dejan de verla. Me siento en un lugar desocupado.

No me preocupo por nada, no me importa quedarme en la preparatoria Rishwell. Solo quiero una cosa.

Álex. Solo quiero a Álex.

Entra el profesor. Es muy joven, lleva unos pantalones grises y una camisa blanca.

Volteo a ver a Molly, solo me guiña el ojo.

—Bien chicos empecemos el examen.



Después de tres largas horas, por fin terminamos el examen.

—¡Ufff! Que bueno que ya termino, me estaba matando el puto examen.— dice Molly.— ¿Ahora si me vas a decir bien lo que paso entre tu y Álex?— alza una de sus cejas.

Tengo que decirle como sucedieron las cosas Molly es mi mejor amiga y no puedo ocultarle algo, además que cuando íbamos a Preescolar hicimos un pacto de que seriamos mejores amigos siempre, y que nos íbamos a contar todo. Se que eso del pacto es tonto e infantil. Pero no soy capaz de mentirle o ocultarle algo a Molly.

—¿Que te parece si te cuento con una malteada?.— es lo único que se me ocurre decirle.

—Bien. Pero tu pagas.

Soltamos una carcajada y nos vamos.

Al llegar al restaurante, nos sentamos en una mesa del rincón, ya que no quiero que nade nos escuche. Nos sentamos, y derrepente llega la mesera a tomarnos la orden. Pedimos la malteadas (Molly fresa, yo chocolate). La mesera se va.

—Bien ya puedes decirme con lo que paso en casa de Álex.— insiste Molly.

—Okay.— suelto un suspiro
—  Estábamos estudiando, y luego el me beso...

—¡No inventes! ¡Álex te beso! — Exclama Molly.

-¡Shhh! callate ¿Acaso quieres que todo el mundo se entere que Álex es gay?-—Por suerte nadie nos escucho. Me doy cuenta del grave error que acabo de cometer, el decirle a Molly que Álex es gay.

TogetherWhere stories live. Discover now