Capitulo 18

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Estoy de pie en la pradera, hay un sol brillante y hermoso y un gran cielo despejado.  Álex esta corriendo entre la hierva color verde, se ve tan contento.

-¡Álex!- grito con mucha fuerza, pero el no me escucha.- ¡Álex!

Álex sigue corriendo, yo trato de caminar pero mis pies no responden, no puedo moverlos como si tuviera mucho peso en ellos. La pradera cambia totalmente, el sol se va y en su lugar llegan nubes grises, la hierva se vuelve grisácea. Sigo sin poder moverme.

-¡Álex!- me desespero por llamar su atención pero no lo consigo. Se hace un nudo en mi garganta, el cual me impide respirar- ¡Álex quédate!

Me despierto de esa terrible pesadilla, estoy sudando del miedo. Llevo siete días sin saber de Álex, siete largos días, cada me tortura cada vez más. Miro la pantalla de mi celular, empiezo a ver todas las fotografías que tengo junto a el y no puedo evitar romper en llanto. Aun suenan esas palabras: "EL verdadero amor es el que acepta tu corazón no el que acepta la maldita sociedad". Esas palabras me taladran la cabeza cada día.

Es sábado así que tengo que ir a trabajar, me doy una larga ducha. Minutos después estoy listo para ir a trabajar. Salgo de mi casa y veo que el auto de la madre de Daniel no esta. Sigo caminado hasta llegar a Luna Park. Al entrar a la librería la Señora Lawrence me recibe.

-Hola muchacho.- se quita sus anteojos y los guarda en su estuche.- ¿Cómo has estado?

-Bien, gracias.- no puedo evitar pensar en Álex, así que me volteo al estante de los libros para que la Señora Lawrence no vea que quiero llorar. Parpadeo unas cuantas veces para ausentar las lagrimas.

-Genial, bien hay mucho que hacer.- Comienzo a limpiar el mostrador.- No Derian, hoy te toca ser el cajero.

-¿En serio? Creí que ese es el trabajo de Luis.

-Pues creíste mal.- me da un empujoncito.- Bien rápido que ya hay clientes.

Después de unas horas de trabajo estoy agotado. Molly me quiere ver, asa que nos ponemos de acuerdo de vernos en el Small el cual esta un piso arriba de la librería. Molly esta sentada en una mesa, por lo que veo ah estado esperándome mucho ya que no deja de ver su reloj y dar golpecitos en el suelo con su zapato, cuando ve que entro al restaurante pone una cara de alivio.

-¿Donde has estado?- exclama Molly.- Te he buscado por todas partes. Ray me dijo lo que paso con Álex. Lo siento.

Pone sus manos encima de las mías. 

-Gracias. Ahora es cuando necesito mas tu ayuda. Quiero que me ayudes a recoger los pedazos de esta puta relación.

-Claro, te ayudare con cada uno de ellos.

Molly siempre me hace sentir bien en momentos difíciles para mi. Cuando falleció mi padre, estaba tan deprimido que no tenia ganas de hacer nada y ella era la que hacia mis tareas por mi -aunque estaban mal- pero gracias a eso no reprobé el año escolar.

-¡Demonios!.- masculla Molly.

-¿Que ocurre?.

-Se me olvidaron unas cosas en el depatamento de Ray. ¿Puedes acompañarme?.- Molly cruza las manos para suplicarme que la acompañe.- Por favor.

-No... no se, tu sabes lo que paso y ...

-Por favor, no me voy a tardar mucho.

Recuerdo todo lo que Molly ah echo por mi y la verdad es que le debo muchas.

-De acuerdo.

Son mas de las ocho de la noche, así que el cielo esta oscuro y con unas  brillantes estrellas. Al llegar al departamento, se me hace una gran nudo me cuesta mucho trabajo respirar, las piernas me tiemblan y las manos me sudan. Siento un gran peso en mi espalda.

TogetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora