*Capítulo Uno: "Abominación"

468 59 16
                                    

Tras dar por superada la larga inestabilidad en la esperanza de vida, causada por las millones de problemáticas ambientales; el mundo monocromático en el que habitaban con la monotonía de levantarse ante cada puesta de sol, volvió a convertirse en...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Tras dar por superada la larga inestabilidad en la esperanza de vida, causada por las millones de problemáticas ambientales; el mundo monocromático en el que habitaban con la monotonía de levantarse ante cada puesta de sol, volvió a convertirse en un lugar caótico, que podía ser considerado una enorme cloaca de miseria y desolación. Pese a la superación de las pérdidas económicas en el globo terráqueo; con ironía, los seres humanos observaron cómo aquellas ideologías que creían superadas, tomaban el control absoluto de la naciente sociedad.

Era complejo y contradictorio ver tantas injusticias en una convivencia que se suponía, debía ser armónica: la aversión a lo diferente había esclavizado a los negros; el odio hacia los judíos, los llevó a ser encerrados en guetos; el asco por los homosexuales fue una maldición que arrojó a los jóvenes a suicidarse o a morir a manos de iracundos, que no comprendían que el amor era no era condicionado por la naturaleza de tus genitales.

Tras centenares de lágrimas de agonía, el mundo descubrió una verdad de la vida: los más débiles y defectuosos, eran dominados por el poderío de un dictador. Las vejaciones descritas en los libros de historia, no habían sido dejadas en el antaño, porque algo similar sucedía con las nuevas divisiones de los géneros.

Ciertamente, los seres humanos, con ayuda de los fallos de la ciencia, mutaron a lo largo de los siglos, provocando que el concebir no fuera un milagro únicamente femenino. En contra todo pronóstico, nació un grupo de hombres capaz de dar vida. Aquel aspecto de los cambios sufridos, a muchos dogmas religiosos, que obtuvieron el control de varios países tras la caída de los gobiernos, no les agradó. Ese descubrimiento desafiaba la ley divina; esos malditos "productos satánicos", destruyeron sin miramientos la piedra angular del matrimonio.

Quizá, en los años que corrían, el repudio por los denominados omegas, había menguado hasta encontrar un punto crítico: la discriminación ya no causaba que grupos religiosos salieran a lincharlos en las calles públicas. Hombres y mujeres omegas, personas con características distintas, podían convivir sin miedo a ser atacados.

Los más inocentes querían creer que la nueva sociedad, levantada de las cenizas, había madurado tras los embates del destino; otros, más escépticos de la bondad humana, pregonaban que la discriminación era tan grande como en el pasado; sin embargo, la multiplicación de omegas hacía imposible salir a matarlos a todos.

Yuuri, por su parte, intentando descifrar el odio sin justificación del que eran víctimas; formuló una hipótesis un tanto alocada: el repudio que los grupos religiosos tenían contra los omegas, no se debía al hecho de poder concebir, sino el degenerar la apariencia divina, que según las escrituras, fueron otorgadas desde el principio de los tiempos. Además, la lujuria impregnada en su sangre, hacía que hombres y mujeres omegas, fueran tachados como entes seductores del infierno. Él no se hallaba seguro sobre el grado de discriminación en el mundo, pero agradecía que al menos ya no los hicieran llevar un brazalete que indicaba su género. Veinte años en el pasado que la restaurada "Nación de los Derechos Universales" prohibió ese identificativo tan discriminativo.

Nuestro paraíso [Omegaverse]Where stories live. Discover now