*Capítulo Dos: "Cosa simple"

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Las luces del gigantesco recinto se apagaron de golpe para concluir con un espectáculo que muchas soñaron con vivir desde que el mundo conoció su rostro, habían luchado de forma encarnizada por la obtención de un boleto que les daría la satisfacci...

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Las luces del gigantesco recinto se apagaron de golpe para concluir con un espectáculo que muchas soñaron con vivir desde que el mundo conoció su rostro, habían luchado de forma encarnizada por la obtención de un boleto que les daría la satisfacción eterna de contemplarlo a la cercanía y eso quedaría grabado en sus memorias como un tatuaje. Los gritos enardecidos de una multitud de fanáticos se mantenía en un mismo tono alto, enérgico y feliz, incomparable y descomunal, el éxtasis de conseguir una meta muy banal. Aunque las entradas del concierto se vendieron en un parpadeo, la disquera había decidido extender las fechas de presentación por una cantidad de días más, no querían perder el dinero que les sería de utilidad en el futuro. El éxito que tenía la estrella de la discográfica era impresionante, al punto de que sus acciones incrementaban con cada aparición que Viktor tenía en la televisión.

Nadie podía resistirse a su sonrisa primaveral, capaz de detener los latidos del corazón más frío. Sus hermosos ojos mantenían un fulgur hipnotizante al cantar bellas canciones de amor, que creaban un efecto de encanto instantáneo en sus fans, que enloquecían por verlo de cerca. Ninguna mujer se resistía a sus encantos y saber que era un alpha de primera clase, soltero y millonario, lo convertía en uno de los hombres más deseado del mundo. Todas le rogaban a Dios por una oportunidad de estar a su lado; no obstante, eran muy pocas las afortunadas seleccionadas por sus instintos lujuriosos.

Y es que las cosas habían cambiado en muy poco tiempo para su sosegada vida: se marchó de Japón diciendo que regresaría en dos años, el tiempo suficiente en el que se entrenaría como un trainee, y podría volver a los brazos de su amado con el dinero suficiente para salir de la pobreza en la que tenían que estar día tras día; sin embargo, los años para su entrenamiento se acortaron a tan solo seis meses. Tras su debut en un programa de variedades, tardó un año en volverse un reconocido cantante mundial, y solo le fue necesario un año más para ganar varios millones de dólares, que había invertido en multitud de negocios. Ya no pensaba en regresar a un lugar pútrido y sucio, que le hacía recordar las peripecias en las que vivió siendo un niño huérfano y desnutrido. No, no quería. Seguir entre lujos, salir con celebridades de su misma categoría le ayudaban exterminar de sus memorias esos suplicios de la niñez, que no pensaba dejar volver a retornar a su feliz existir. Había alcanzado la paz y no pretendía centrarse en emociones estúpidas que le restaran vitalidad a su carrera prometedora como cantante...

—Viktor —lo llamó su manager al verlo avanzar en dirección a su camerino, lo esperó en bambalinas para cuidar y prevenir cualquier dificultad. El cantante bajó del escenario exhausto por la cantidad de horas que llevaba entonando notas altas, lo que más necesitaba era descansar y beber agua. Le dolía demasiado la cabeza y a cada segundo el malestar incrementaba—. ¡Viktor!

—¿Qué quieres, Chris? —preguntó si detener el avance rápido de sus pies, que pretendían alejarse del bullicio, los gritos lo animaban a seguir componiendo canciones, pero era caótico aguantar el ruido teniendo una migraña insoportable—. Necesito descansar y dormir al menos una hora —agregó abriendo la puerta de su camerino, Chris lo siguió y tras de ellos cerró la puerta, perdiendo así la potencia de los sonidos que se filtraban en todo el lugar.

Nuestro paraíso [Omegaverse]Where stories live. Discover now