El camino de Eva

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1975 - ?

Yo tenía un hogar, que no era un sitio con paredes, ni muebles, ni ventanas. Tenía un hogar que estaba hecho de olores, de miradas, de roces. Yo era dueña de un nicho en el alma de alguien, poseía un lugar donde era querida por siempre, sin vergüenza, sin miedo. Hubo un tiempo en que amanecía tras cada noche. Hubo un tiempo ordenado que no existe ya, que corría despacio y tranquilo, llevándome con ligereza hacia una dirección inevitable, hacia una muerte necesaria.

Pero entonces llegué a este mundo, huracán de veleidades, donde solo se sabe la verdad.

Ahora quiero regresar para recuperar los besos, porque con cada uno que di se hizo un agujero en la piel del Universo.

Quizás aquel caballo puedallevarme de vuelta, pero nunca podré alcanzarlo. Está tan lejos, cabalga tan rápido; qué hermoso es... negro, brillante; sudor y fuerza, las crines se agitan y no mira atrás. Qué poderío tiene. Podría atravesar el muro de fuego que rodea este paisaje, y yo con él, si tuviera valor para alcanzarlo. Pero no, aún no puedo, debo encontrar algo que perdí. Si por lo menos supiera qué es.

Un oso mantiene la Luna en sus manos. Sus inmensas patas se apoyan en la tierra yerma, su cuerpo se yergue hasta ella, hasta la Luna, y la sostiene para que no caiga. Es una luna blanca, brilla como la esfera de un reloj y en ella hay un texto en letras pequeñas, aunque no logro descifrar su significado. Siempre veo algo escrito a mi alrededor, pero por mucho que me esfuerzo nunca lo entiendo. Y eso que yo siempre he leído mucho, porque me gusta poseer el conocimiento y que éste me posea a mí... aunque aquí nada de eso tiene utilidad. La luna tiene un mensaje y sé que eso es lo que busco, mas no puedo leerlo. ¿Usted me ayudaría, oso? No me oye, está muy alto, aunque mira hacia abajo y parece que me está buscando. Estoy aquí, agitando los brazos, míreme. ¿Por qué no me ve?

Yo pertenecía a un mundo donde las miradas eran reconocidas, donde existían el miedo y la risa, donde me ocultaba y podía cambiar de rostro, donde lo que soy ahora, tan real, tan verdadero, dormía si la vida me pedía estar ahí, haciendo algo. Era un lugar tan diferente, tan inexplicable... pero era un lugar donde todo era inteligible. Yo soy dos. Soy lo que ahora vaga por este campo yermo de caballos negros y osos gigantes que sostienen la luna; y soy vísceras y miedo, mentiras y disimulos; soy carne y deseo; soy placer, piel, hambre, dolor, lágrimas y legañas. Pero no sé dónde se guarda. Ahora soy este páramo de cielo gris y almas perdidas que caminan sin verme, que viven en sus propios pensamientos. Vivo a lomos de este elefante, tan inmenso como un mundo, que flota en aguas oscuras y densas, que camina lentamente, dando vueltas, dando vueltas, sin llegar a ninguna parte.

El de la otra Eva, la que era antes, era un lugar reposado, donde los demás también existían, donde podíamos estar sin hacer nada y aún así las cosas ocurrían alrededor. Y yo vibraba de una manera diferente allí. Yo podía correr y llegar a los sitios a los que quería ir. Un día mis manos sangraron porque caí al suelo. Era una niña, es un recuerdo. Era un suelo de tierra, igual a este, pero más duro, de piedras y arena, de flores y espinas. Mi madre me cogió en brazos y me consoló, pero luego ya nunca más estuvo. No era aquí, era en una tierra perdida, irreal, inexistente, donde ya no puedo volver. Posiblemente allí esté la salida de este lugar, pero quedó atrás, al otro lado de las letras que esconde la luna.

—Desátate las zapatillas, Eva, rápido, deshaz los nudos y camina descalza, así podrás huir más deprisa.

¿Quién habla? Es alguien amigo, es una niñaque camina por aquí junto al resto de personas transparentes. Ella sí me ve, pero yo a ella apenas la puedo adivinar entre los pliegues del viento. Me está haciendo gestos, me señala los pies, ¿qué quieres, qué me estás diciendo? Tu voz se pierde al salir de tu boca y llegar a mis oídos, porque estás en otro mundo, en el tuyo, en tu sueño, y apenas puedo entenderte.

OnironautasWhere stories live. Discover now