El sueño asustado

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2016

Soy el dios de los pozos profundos, el pastor de los delirios. Y tú, hermosa mujer azul, eres mi invitada esta noche. Coge mi mano y deja que te guíe por los senderos flotantes. Son puentes sin pilares, estrellas a punto de reventar. Algunas veces querrás salir huyendo pero no podrás, otras estarás a punto de sentir el placer más intenso que soportes, sin llegar a morir nunca. No puedes elegir, ni tienes forma de salir de aquí. Aunque desaparezcas, regresarás. Mientras tu cuerpo esté caliente detrás del telón que esconde la verdadera esencia del Universo, volverás una y otra vez, me buscarás, dejarás que te lleve de la mano a donde me plazca. Y cuando tu carne se funda con el resto del escenario, vendrás aquí a vivir para siempre, pues tú también te fundirás con el teatro de los sueños.

Pero seré bueno, hoy. Visitaremos a gente que conoces, podrás arrancarles la ropa y vestirlos como si fueran muñecas de porcelana. Ellos sonreirán con el juego, disfrutarás de tu estancia, hoy. Quizás en otras ocasiones haya sido malo contigo, no podría asegurarlo. Hoy no, porque estoy satisfecho, y quiero que todos los que visiten mi reino sepan que aquí está la verdad. Y que la verdad es imprudente, inestable, incoherente; es un túnel de colores cambiantes, un paisaje de cristal agrietado. Aquí aprendemos la verdad sobre nosotros mismos: que somos una nube, que todos somos una sola nube de polvo en suspensión.

¿Que qué llevo en este zurrón? No te incumbe, joven paloma, no te incumbe. Guardo el error de un hombre sabio, guardo la vergüenza de los valientes. Guardo la sombra que perdió un dios muerto, guardo la ventana por la que se arrojan los desesperados. Guardo un libro.

Veo que he avivado tu curiosidad. Eres una joven muy indiscreta, tus preguntas no deberían formularse en este lugar. Pero tu rostro es hermoso, y tu cuerpo desnudo brilla con las gotas de agua de limón que he vertido sobre él. Has venido sin miedo, me has tomado la mano como si ya nos hubiéramos visto antes, como si recordaras quién soy.

¿Que quieres leer el libro? No, querida niña, en este lugar no existe la letra escrita. Podría mostrártelo, ciertamente, pero no lo haré, porque tú pronto regresarás al mundo de las gargantas irritadas, a la nave espacial de los no-muertos, y quizás logres recordar este momento, no podría asegurarlo. Y hay ladrillos que no deben moverse si no queremos derrumbar un Universo.

Quieres, entonces, que te cuente la historia de este lugar. Claro, hermosa ninfa de pechos ligeros. Este lugar existe desde antes del Big-Bang. Es el otro lado del embudo, la esfera invertida; es donde mueren todos los peces, la playa-cementerio de los pensamientos. Aquí juegan las almas a ser diosas, discuten con sus propias mentiras, pintan de blanco sus miedos y se bañan en la orilla buscando cura a sus enfermedades. Este es un balneario, hermosa dama, donde puede venir quien quiera, porque todos estáis enfermos. Aquí solo cabe la verdad porque nadie sabe qué va a ocurrir, y este mar limpia la suciedad de vuestros pies desnudos.

Sí, te llevaré a esa mansión sobre las dunas. Así podremos tomar un té y charlar reposadamente, como bien dices. ¿Que el ama de llaves te conoce? Miel sobre hojuelas, querida niña, miel sobre hojuelas. Eso merendaremos con el té: satisfacción bien hervida sobre lecho de atardeceres cálidos. ¿Y de qué hablaremos mientras tanto? ¿Insistes en que te cuente la historia de este lugar? ¿No te basta con lo que ya te dije? ¿Quieres saber qué pasó cuando se rompió el suelo y caímos todos al infierno?

Este lugar no tiene historia ni tiempo, amada mía. La puesta de sol que estamos viendo puede convertirse en una hogaza de pan sin que nos demos cuenta, sin que recordemos qué era antes; y nosotros, pasaríamos de estar aquí sentados a la brisa de la costa a estar persiguiendo gusanos en un barrizal para darles una educación decente. Nada sorprende aquí, porque todo es posible. ¿Sonríes? Ya sabes que es cierto. Algo me hace sospechar que tú ya conoces este lugar. Pero sigo con mi narración, si me permites que lo haga fumando en pipa.

Las formas son cambiantes, y los tiempos son escaleras que pueden subirse o bajarse, sin que nadie pueda elegir la dirección a tomar. En este lugar nada depende del entorno. Puede existir el agua en el fuego, el amor en el estiércol, el deseo en los cementerios. Y esa es la esencia del Universo, aunque no lo creas. En la fricción de la repulsa con la compasión se crean formas nuevas, y todas las que surgen existen y desaparecen al chocar con su antítesis, creando una nueva forma. Eso son los sueños, y eso es este mundo, muchacha incauta. ¿No lo sabías, a pesar de que ahora volamos a lomos de este dragón? ¿Acaso recuerdas de dónde venimos, dónde estábamos antes? No, y eso es porque el lugar de donde pudimos haber llegado ya no existe; colapsó con algo, se fundió en un nuevo sueño.

¿Y no te sorprendes ahora, vestida con tu traje de cuero, tu máscara y tu látigo?. Sabes que es así, porque todo el que deambula por el mundo de los sueños se siente en verdad aquí, viviendo su verdadera realidad, ajeno a la estúpida lógica que creen cierta cuando abandonan el mundo de donde proceden.

Pero no quiero desvanecer la historia, es que me distraen tus ojos fijos en mi maleta.

Hubo una forma que, en virtud del caos que todo lo explica, quiso saber quiénes eran aquellos en los que vive nuestro Universo. Porque nada existe sin su contrario, y esa forma existió con la intención de trascender su mundo, observar lo imposible, asomar una cabeza de ardilla por el hueco de la otra realidad. No hay porqués, vieja amiga, ni razones, pero la vida se la dio un hombre que no quería morir. Aquí todo ocurre sin preguntas ni motivos, sin causas, aunque con efectos, y él rompió esas reglas, creando una aberración, abriendo una brecha por donde se escurre la arena de los relojes.

Veo que muestras interés, querida. Que tienes en la lengua el sabor a hierro oxidado que produce el pavor. Así es. Hubo un sueño que se volvió vida, que voló fuera de sus límites, que no quiso volver a fundirse en otra realidad, en este inmenso caldero de mercurio hirviendo. Y el dios de aquel sueño quiso volverse inmortal, sin saber que no se muere, que todo es infinito porque nada permanece. El sueño y su dios hicieron un pacto: el primero salvaría la vida del segundo, y así ambos vivirían para siempre.

¿Preguntas cómo puedo saber esa historia, aquí, en el lugar sin memoria y sin tiempo, en el valle del olvido? Ay, pequeña rata de palacio, dulce pájaro caramelizado: porque todo lo que existe en este lugar sufrió las consecuencias de aquel suceso. Porque existe un hueco por el que se cuela el gas a presión del otro mundo, y todos lo respiramos. Porque esa realidad amorfa tomó forma; cuando su dios no quiso morir comenzó a matarnos a todos. ¡Porque el fin del mundo ha pasado y nadie lo sabe!

Ayúdame, date prisa, ayúdame a excavar un agujero en la arena, con las manos, con esta pala de hierro, con los dientes, con tus lóbulos de la oreja que llegan hasta el suelo. Debemos esconderlo, debemos esconderlo, vamos, vamos, sigue cavando.

¿Que me quite el sombrero? ¿Acaso sospechas algo, joven desconocida? ¿Quién eres, por qué estás aquí? ¿Y cuál es el motivo de tu visita? ¿Que me quite el sombrero para excavar? ¿Y cómo sabe usted que guardo algo dentro del mismo? ¿Por su tamaño? ¿Porque algo asoma entre mis orejas? Quizás tengas razón, quizás llevo encima demasiado peso. Pero no, creo que no debo dejarte ver lo que hay en el sombrero. Es extremadamente peligroso, más que una bomba de relojería. Es la puerta rota de un avión en marcha; es el monstruo que habita el abismo. Guardo el poema que asesinó todas las abejas, guardo las flores que llevarán los familiares a tu tumba. Guardo el elixir de la vida y el final de la existencia. No, querida, no. Márchate ahora, sumérgete en el mar mientras puedas, vuela sobre los cráteres de la luna. Vive tus últimos días ignorante de todo. Yo debo seguir aquí, vigilando.

OnironautasWhere stories live. Discover now